* Estalla en medio del vacío político de la transición 

 * Edil de Zaachila golpea a Neri, Salomón y Murat

Alfredo Martínez de Aguilar

A querer o no, nos guste o no, la terca realidad finalmente termina por imponerse. En la vida en general no hay casualidades, sino causalidades, es decir, desenlaces a veces fatales, causa-efecto.

Esta dinámica social cobra mayor virulencia y relevancia en la política, como la continuación de la guerra por otros medios aparentemente civilizados, con saldo de muertos y heridos políticamente.

En consecuencia, a nuestro leal saber y entender, la crisis metropolitana de la basura es una genial maniobra política perversa, en una especie de carambola de varias bandas políticamente mortales.

De entrada, a nuestro juicio, fue prefabricada, planeada y planificada y ejecutada en tiempo y forma, sujeta a los tiempos y ritmos políticos, durante la transición de la tercera alternancia.

No es casual, salvo prueba en contrario, que la crisis de la basura en la capital oaxaqueña y los 24 restantes municipios estalle en medio del vacío político, de hecho, del impasse gubernamental.

Se trata, en la real politik, de una especie de zona gris o punto muerto en el tiempo de la transición entre el gobierno saliente de Alejandro Murat Hinojosa y el entrante de Salomón Jara.

Hábilmente, se aprovechó el “interregno” político en el que el gobierno saliente de Alejandro Murat no ha terminado de concluir y el entrante de Salomón Jara no ha terminado de nacer.

De manera genialmente perversa, el presidente municipal de Zaachila, Carlos Rigoberto Chacón Pérez, de extracción morenista, estalla la crisis de la basura en la estratégica zona metropolitana.

No importó al alcalde proveniente de las tribus del PRD golpear la línea de flotación de varios de sus correligionarios, empezando por el munícipe morenista capitalino, Francisco Martínez Neri.

Pero la prefabricada crisis de la basura en la capital oaxaqueña y los 24 restantes municipios de la zona metropolitana, también golpean al propio Gobernador electo de Morena y al priista saliente.

El médico Carlos Rigoberto Chacón Pérez no puede pretextar ignorancia en descargo de su responsabilidad, toda vez que es un político letrado con experiencia y trayectoria política.

La zona metropolitana es obligada caja de resonancia por sus instalaciones estratégicas, civiles y militares, como el Aeropuerto Internacional de Xoxocotlán y la Base Aérea de San Juan Bautista La Raya.

A estas instalaciones estratégicas, se suma, además, la 28ª. Zona y VIII Región militares, en jurisdicción de Santa Lucía del Camino, importante municipio, también gobernado por Morena.

 

¿Quién manipula al alcalde de Zaachila?

Obligado es preguntar, a quién sirve, y el fierro de qué establo trae en las ancas el presidente municipal de Zaachila. Es evidente que no tomó la decisión de cerrar el tiradero de motu proprio.

Lo cierto, es que el alcalde de Zaachila enseñó ya el cobre de su desmedida ambición, al pretender abrir un nuevo tiradero municipal en jurisdicción de esa Villa para lucrar con la basura.

¿De qué se trata, entonces, qué papel juega el doctor Chacón Pérez? ¿Acaso su objetivo es incendiar el municipio capitalino y tirar, a través de la revocación de mandato, a Paco Martínez Neri?

Curiosamente, circuló en las redes sociales la propuesta ciudadana de demandar la revocación de mandato del alcalde capitalino por ineptitud y falta de interés para resolver los problemas municipales.

“No es solamente el problema de la basura, también es el ambulantaje, la inseguridad, falta de obras y rendición de cuentas con los que no ha cumplido”, enumera el mensaje difundido.

“A ello, agregamos la ingobernabilidad de su cabildo, al no atender asuntos como el combate a la corrupción y castigo a su antecesor. Nada de lo que prometió en campaña se ha cumplido”.

Con el optimismo del realista informado, estamos convencidos que la Crisis de la Basura es la oportunidad histórica para impulsar la solución real a largo plazo con el esquema Basura Cero.

La condición indispensable es que sea una solución propuesta y aceptada conjuntamente entre pueblo y gobierno, a sabiendas que ni uno ni otro puede resolver el problema por sí solos.

Por diversas razones, entendibles, de ninguna manera justificable, a lo largo de casi medio siglo, pueblo y gobierno, fueron omisos en buscar opciones de solución, eficaces, eficientes y efectivas

La solución derivada del sentido común gira, en nuestra opinión, en torno de las ventajas, fortalezas y el potencial con que cuentan los 25 municipios que conforman la zona metropolitana.

No es cierto que no haya reserva territorial en la zona metropolitana. Ahí están cientos de tierras sociales, ociosas, comunales y ejidales, que representan grandes ventajas, fortalezas y potencial

Industrialización de la basura, la solución

 La opción de solución real a largo plazo es sumar voluntad política y conjuntar esfuerzos de los 25 municipios metropolitanos para industrializar los residuos sólidos urbanos orgánicos e inorgánicos.

Además del positivo impacto social en materia ambiental, el esquema económico financiero debe ser de amplia y sólida participación de todas las partes involucradas para garantizar su viabilidad.

El proyecto debe incluir la aportación de recursos multianuales por los 25 municipios metropolitanos, y de los gobiernos federal y estatal, lo que garantiza su viabilidad financiera.

Al mismo tiempo, la reserva territorial debe ser aportada con tierra social, ejidal o comunal, y la participación de los trabajadores del servicio de limpia y recolección de residuos sólidos urbanos.

Estos últimos deben tener a salvo sus derechos laborales adquiridos, con el atractivo de un ingreso adicional que les motive a aceptar el proyecto y a elevar la producción y productividad.

Instalar una planta para industrializar los residuos sólidos urbanos orgánicos e inorgánicos posibilita producir energía eléctrica, biocombustible, composta y reciclaje de material reutilizable.

Ello, garantiza generar empleos directos e indirectos con participación de los trabajadores de limpia municipales, así como de los recolectores particulares y los propios pepenadores.

Así, este proyecto con un esquema de participación amplia de todas las partes involucradas en la Crisis de la Basura pueden convertir esta en una oportunidad de crecimiento y desarrollo local.

Al mismo tiempo, el proyecto permitirá promover una intensa y permanente campaña de cultura ambiental, que traiga consigo la necesaria concientización para impulsar el programa Basura Cero.

La información a difundir por los 25 municipios, especialmente por el Ayuntamiento capitalino, debe iniciar de manera obligada y necesaria por enseñar y motivar a separar la basura en el hogar

 

Es la gran oportunidad de sumar a los dirigentes e integrantes de los Comités de Vida Vecinal (COMVIVE) a participar real y de manera comprometida en la solución de la Crisis de la Basura.

Los propios vecinos saben qué residentes de agencias, colonias, barrios, fraccionamientos y unidades habitacionales, son dados a tirar basura en la calle, para pedirles que no lo hagan.

 

 

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