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Aida GAXIOLA*

La música ha sido para muchos, aliciente, organizadora de silencios, rompe con hielos, crea amistades y es generadora de paz o de guerras. Una de las cosas que ha sido difícil ponerse de acuerdo en esta etapa COVID y de encierro, es que la música debe estar sonando en todo momento dentro de la casa o espacios. Entonces, los niños se vuelven pequeñas bombas de tiempo musical que en cualquier momento explotan y te dan sorpresas.

Entonces, estás en la sala (como los últimos meses) y decides, ¿¡Por qué no!?, poner a todo volumen esa playlist de canciones que tanto te ha costado armar y que “te gustan”. Empieza la primera canción: “¿Pooor qué ya no me baila un gusano en la tripaaa?”. Tú, como toda señora que se respeta, tienes el cepillo del pelo a modo de micrófono y has entonado con la gracia de hurraca -que andas desarrollando a todo pulmón- tu “Primer concierto de Sala para tus no letrados”. En eso, Pablo pasa caminando y dice: “No tienes gusanos porque nos obligas a desparasitarnos cada 3 meses ma”; el bebé sale de la ultratumba de su cuarto diciendo “Guácala GUSANOS” y el mediano despistado, pero con una bolsa de palomitas decide hacer su recorrido de las 4 p.m. de la cocina a sala para “ver qué pasa”. De mientras, tú estás un poco sentida que tu canción “No pegara” y le preguntas al mediano (el menos culpable) qué quiere oír y él responde “mis canciones a nadie les gusta”; ¿¡cómo!?, eso no es posible si tú les has enseñado la buena música o eso piensas. Por ello, le dices: a ver, pon una canción para opinar, en eso ves que se le iluminan los ojos y que toma el buscador con ansia cuando de pronto escuchas …. “y ando bien tumbaooo”. No entendiste más porque te confundía el hecho que escucharas un corrido mezclado con rap o trap, o lo que ahora se llama “Corridos Tumbaos”. De pronto, el grande sale zumbando y le quita el control de la playlist al “Tumbaito” de su hermano y te dice: ¿¡Tú qué sabes!? y en eso se comienza a escuchar “Hey, it’s a holiday. I got hoes on hoes and they outta control, yeah”. ¡Noo!, ¡los morenazos de fuego otra vez!; ya estás harta de las “HOES”. Sin saber cómo de pronto el baby de la casa ya tiene la playlist y decide rematar con “Demasiadas noches de travesura (con altura)…la ROSALIA”. Todos con ojos de plato, volteamos a ver al pequeño con extrañeza.

Al final, recuperas el mando y sin más, pones BOHEMY RAPSODY, algo que a todos nos pone en mood y entonamos “MAMAAAAA!!!! UHUU, UHUUUUUUU!!”.

La música genera o acaba guerras.

*Maestra Aída Gaxiola. Psicóloga Clínica, Madre, Yogui. Fascinada por las historias que florecen pero sobre todo de la maravilla del desarrollo humano. aidagaxiolav@hotmail.com

 

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