Aída GAXIOLA*
En el mundo de hoy, lo principal es saber comunicarse. Sin embargo, con los hijos ese punto ha sido el santo grial de toda madre y padre que intenta llevar una relación “sana”.
Entonces, estás tratando de llevar la sobremesa de la comida lo mejor posible, crees que es el momento y lugar ideal para poder enterarte qué ha estado pasando con tus crías. Ha sido particularmente complicado porque ahora pareciera que eres HIDRA y ellos los AVENGERS, donde todo es súper secreto y tú no vas a entender.
El escenario empieza así: tú preguntas, ¿cómo ha sido su día chamacos? Pablo, solo gira los ojos tipo huevo duro, el mediano mueve el celular y como que te lo enseña por un milisegundo y el pequeño dice “pues hice la tarea, pero la maestra no dijo exactamente qué quería así que la queso”.
Tú, no entendiste más que la palabra “tarea” y lo primero que sale de tu boca es: “¿Y la qué?” Tu hijo muy indignado te dice “La queso mamá, la queso. ¡Asssh! Contigo no se puede hablar”. En eso, Pablo, en su actitud de “adulto” (dependiente y sin responsabilidades) te dice “¡Ay, mamá, yo no sé para qué quieres que platiquemos si no vas a poner de tu parte para entender!”, mientras el mediano vuelve a enseñar el celular. El chico ahora dice “Pues NTP ma, ya sabrás qué hacer”. Realmente no entiendes.
Ahora resulta que preguntas una cosa, no obtienes respuesta de dicha pregunta y además, sales regañada. Ves que todo el mundo está huyendo de la escena cuando dices (un poco por venganza) “Quién entienda, ¡le doy lo que pida!”, y después gritas “You can have two portions of dessert if you just are nice once”. Como apenas están en eso del inglés, ves sus caras de ¿what?. Y para ponerle un poco de sabor, culminas con “Tienen una, tienen dos para decirme… tienen… tres”.
Te vas con el bote de helado y dices “¿Qué pasó? Pensé que pondrían de su parte”.
*Maestra Aída Gaxiola. Psicóloga Clínica, madre, yogui. Fascinada por las historias que florecen pero sobre todo de la maravilla del desarrollo humano. aidagaxiolav@hotma
