Claudia SAGREDO*
Hoy les quiero contar sobre uno de mis museos favoritos que contiene mi pieza favorita en el mundo, fuerte ¿no?, ¿cómo escoger una sola pieza en todo el mundo del arte? Pues esta pieza, es muy especial no sólo por su belleza artística, sino por todo el escándalo que lleva con ella y como aquí nos gustan los chismes de museos. Ahí les va:
La Neue Galerie es un museo ubicado en la Ciudad de Nueva York y se especializa en la exhibición de arte alemán y austriaco a principios del siglo XX, este museo pertenece al hijo de Estée Lauder, ¿te suena?, si pensaste en los cosméticos,¡le atinaste! Su colección está formada principalmente por las joyas de Gustav Klimt el cual es un reconocido pintor austriaco y considerado uno de máximos representantes del movimiento modernista, en su vida de encargos privados se destacó por su “fase dorada”, en donde incluía en sus pinturas pan de oro y esto nos acerca a la pieza de la que les vengo a hablar. Pieza que mide 138 x 138 cm hecha en óleo y oro sobre tela fue terminada en 1907, retrata a la esposa del aristócrata empresario y mecenas Ferdinand Bloch-Bauer, la pieza ahora conocida como La dama de oro, pero titulada Retrato de Adele Bloch-Bauer pasaría a solicitud de Adele a la Galería del Estado de Austria. Todo bien, una hermosa pieza por encargo que después de la muerte de la esposa del dueño pasaría a un museo estatal, pero nuestra trama se complica Adele muere en 1925, previo a la ocupación nazi, su viudo se exilia en Suiza y su testamento designa a sus sobrinos y sobrinas, básicamente a los sobrevivientes, como herederos de su patrimonio.
Posterior a la guerra el gobierno recupera las piezas que se presumen estaban en las oficinas de los altos mandos de la SS y las coloca, como el testamento de Adele indica en la Galería del Estado de Austria, donde esta pieza se convierte en su “mona lisa” o nuestro “penacho de Moctezuma”. Todo bien hasta aquí, ¿correcto? Las piezas están en exhibición en un museo estatal en donde son visitadas por miles de personas al año, hasta que en 1998 el gobierno austriaco aprueba una ley que busca esclarecer el proceso para la restitución de las obras de arte confiscadas durante el periodo nazi. Aquí es donde entra María Altmann, sobrina de Ferdinand, refugiada en estados unidos emprende un juicio con el gobierno austriaco para que este reconociera que las 5 piezas que supuestamente fueron “donadas” son resultado del despojo de los nazis a su familia, las piezas estaban valuadas en ése momento en 135 millones de dólares y al parecer el gobierno de Austria no estaba tan dispuesto a deshacerse de sus “best sellers”, en el año 2000 se llevó un juicio en Estados Unidos, después de perder una primera negociación y un juicio en Austria, y ¿qué creen?, este juicio si lo ganó y Austria tuvo que desprenderse de estas piezas y debido al trato María decidió llevárselas a casa, a EUA. Después fue vendida al dueño de la Neue Galerie con una condición: “Siempre deben de estar en exhibición”, que todos puedan disfrutar y conocer a Adele, la dama de oro, de su tía.
Estas piezas son un parteaguas en el mundo del arte y son una de las restituciones de arte más importantes en toda la historia, te dejan tener esperanza después de tan trágicos eventos que trae consigo la guerra.
Ahora, ¿por qué todo esto no estaría en la pantalla grande? Arte, guerra, drama y engaño son de las mejores combinaciones de Hollywood así que si sienten curiosidad, hay una película nombrada: Woman in Gold.
*Mercadologa y gestora cultural enfocada en autogestión de recursos y relaciones públicas