Claudia SAGREDO*
¿Se han sentido víctimas del consumismo? ¿Han sentido ese arrebato que nos obliga a que eso que vemos en el aparador sea nuestro? Cuando tienes ese impulso, si te detienes un momento, te darás cuenta que prácticamente tienes uno igual en el clóset y no lo has usado en varios meses. Yo sí lo he hecho y siento que a todos nos ha pasado tener esta aspiración de un objeto de deseo y por más que romanticemos al arte, debemos entender que este y los museos viven en un mundo globalizado en donde la economía reinante es el capitalismo.
Ahora, con esta premisa, piensa como un museo: ¿qué debo de hacer para vender más? Al final, la mayoría de los museos en el mundo viven de sus autogenerados lo que incluye accesos, venta de artículos promocionales y recaudaciones. Esto nos quita la venda de los ojos de seguir pensando que los museos son estos pilares inamovibles e inafectados por las olas sociales que arremeten con nosotros …los simples mortales.
Hoy, quiero mostrarles las nuevas estrategias que adoptan los museos para la captación de ingresos y también para la de nuevos públicos, y esto no incluye vender piezas de su acervo que ha sido muy criticado en ocasiones anteriores.
Hablemos de estrategias de mercadotecnia en la elaboración de productos aspiracionales y de uso cotidiano y de cómo lograrlo.
De los primeros en adentrarse en las filas de los artículos promocionales en masa fue la Tate Gallery con su colaboración con la marca Pull&Bear en el año pandémico del 2020. Por la módica cantidad de $500 (o más) podías tener una playera, chamarra o pantalón intervenido con obras de Mondrian, Turner o Malévich. Con esta campaña mundial, las piezas de esta colaboración abrían un espectro de consumidores asiduos y no tan asiduos a los museos. Al final, con el paso del tiempo, estas piezas se volverán artículos de colección y a su vez ¿arte?
Afortunadamente, esta práctica se ha vuelto más popular y al día de hoy, llega no sólo a la ropa, sino también a aquel accesorio que determina nuestro itinerario diario, nuestro ritmo cardiaco.
Sin parecer anuncio publicitario, la marca Swatch se ha unido con uno de los museos favoritos del mundo, El Centre Pompidou, ubicado en Paris, Francia, conocido por su gran acervo de arte contemporáneo y moderno, que alberga alrededor de 100,000 obras de artistas como Pablo Picasso, Joan Miró, Modigliani y Francis Bacon (sí, es correcto, suena como el tocino en inglés, pero goglealo, vale toda la pena), para presentar una línea de relojes que te sumerge en piezas de Van Gogh, Mondrian, Kandinsky y la popular Frida Kahlo.
Aquí la premisa es que al adquirir una pieza de tu tienda millenial favorita, puedes estar apoyando a un museo, es decir, partes de la idea que el arte vende y que también ofrece productos y servicios a un público ávido de nuevas estrategias de entretenimiento y comunicación asertiva y sí, un poco inspiracional.
¿Acaso Sotheby’s se encargará dentro de unos años de la subasta de estos artículos de promoción museística? Y ustedes ¿qué artista comprarían para adornar su playera favorita? o ¿acaso Kandisky les dirá la hora de su próxima cita este viernes?
*Mercadóloga y gestora cultural enfocada en autogestión de recursos y relaciones públicas.