Claudia SAGREDO*
Y empecemos persignándonos en este artículo, ya que hablaremos del arte degenerado y de aquella exposición que terminó en destrucción artística o tal vez, un performance adelantado a su época.
Como primer paso siempre es importante conocer a qué se le denomina “arte degenerado”, este fue un término artístico dentro del régimen nazi (1937) en donde se etiquetaba al arte moderno como prohibitivo, ya que iba en contra de los cánones establecidos de belleza e invitaba a lo mórbido. Básicamente que no era la estética que a nuestro artista frustrado Adolf Hitler le gustaba, porque, como es bien sabido en su primera etapa de vida, Adolf quería ser artista e intentó en dos ocasiones ingresar a la Academia de las Artes, de la cual fue rechazado por “falta de experiencias de vida”, ¿te imaginas que Adolf hubiera sido artista en vez de político? Bueno esa seguro es otra historia, continuemos, el llamado “arte degenerado” fue censurado en Alemania y tildado como arte de inspiración bolchevique y judías, estos artistas fueron perseguidos al punto de que no podían producir más arte dentro del país.
Ahora, quisiera que pensarán en cómo se oponen a un movimiento artístico que nos diera artistas como: Van Gogh, Picasso, Gauguin, Chagall, Modigliani, Rembrandt, entre otros. ¿Te imaginas la prohibición de las piezas de Picasso?, ¿qué sería de nosotros sin las Têtes? En mi opinión, la evolución artística debe de exigirse como la vida misma, eso no quiere decir que todas las propuestas artísticas nos gusten o seamos los promotores de estas. Si no que, ello va ligado al principio básico de la expresión de la evolución humana.
Pues su oposición fue mediante la promoción, como sabemos en este régimen el propagandismo fue una base estructurar de decirle a los pueblos qué hacer y qué pensar y para ello necesitaba una exposición, pero no cualquier exposición, esta contaba con más de 650 piezas “recabadas” de aproximadamente 32 museos, curada por expertos fascistas que denotaban de forma muy pictórica qué era lo que NO debías de aceptar como arte. Esta exposición, inaugurada en 1937 en el museo Haus der Kunst se presentaban piezas de las corrientes expresionistas, surrealistas, dadaístas, cubistas, de la nueva objetividad, del fovismo y dentro de sus fichas técnicas o de objeto se observaban burlas no solo a las expresiones artísticas sino a los propios artistas, hablaban sobre que las piezas de Chagall parecían judíos aventándose al precipicio. Lo más impresionante es que en una de las cédulas se leía lo siguiente: “Vemos aquí, rodeándonos, estos engendros de la locura, de la desfachatez, de la incapacidad y de la degeneración”.
¿Visitantes? Pues esta muestra que itinero, esto significa que es una exposición que viaja, en 12 espacios distintos tuvo más de dos millones de visitantes ¡Dos millones de personas que por morbo, convicción o por deseo asistieron a ver más de 520 piezas de artistas mundialmente conocidos en nuestra actualidad!. Y por si fuera poco, no se sabe el paradero posterior a las piezas, se presume que se subastaron, como ya era costumbre en los nazis o terminaron en las casas de personajes importantes del régimen.
Y tu, ¿por qué motivo asistirías a una exposición de arte degenerado?
* Mercadóloga y gestora cultural enfocada en autogestión de recursos y relaciones públicas.