Claudia SAGREDO*
CDMX.-Debemos tener como primicia que los recintos culturales no sólo del país sino de todo el mundo tienen la misión no sólo de salvaguardar lo que una sociedad define como arte, sino, también enfocarse a la promoción de este dentro de la sociedad donde se desarrolla, la promoción cultural es parte de su alma y con base en ello, actualmente los museos se enfrentan a la realidad de que deben de dejar de ser espacios de contemplación artística y convertirse en espacios del diálogo cultural, de una comunicación bilateral y de tener como premisa la accesibilidad a los públicos que habitan en la sociedad cautiva y en la que es esporádica.
Con esto en mente, hemos visto el evolucionar de los museos en especialidades, no sólo los museos de ciencia, los de arte virreinal, los de objetos, los de arte contemporáneo, los de realidad virtual, etc. En la actualidad hay museos especializados en públicos, como por el ejemplo los museos para niños, museos de tecnología y en ofrecer experiencias táctiles, enfocados en una experiencia más allá de la vista, proporcionando una experiencia sensorial completa para aquellos públicos que se habían limitado a escuchar las visitas guiadas en donde describían los objetos y a las cédulas en braille que les permitían conocer un poco más de la obra, pero siempre limitados a la interpretación de otros usuarios.
El arte es conectar, es poder sentir e interpretar una pieza desde la individualidad de un ser, ¿cómo lograrlo si hay un intermediario que te dice cómo debería de ser? Por ello, hoy en día hay museos que ofrecen una de las cosas más guapas de museos de la historia de los museos es no sólo hablar de museos inclusivos, si no de presentar opciones, soluciones y propuestas para todos los públicos. Por ejemplo, el Victoria & Albert Museum ofrece una “mochila sensorial” la cual contiene facsímiles de las piezas de la colección sumando al recorrido elementos que le dan al visitante una perspectiva real de la propuesta expositiva, de las piezas que engloban una exposición y del discurso curatorial que plantea un museo.
O la Sociedad de Virginia que realizó modelos en 3D para poder contar con piezas que los visitantes pudiesen tocar y dar un valor agregado no sólo a aquellos visitantes con limitaciones visuales, sino a todos aquellos que quisieran experimentar otros recorridos museísticos. La Galería Nacional de Praga tuvo una muestra llamada “Touching Masterpieces” en donde por medio de realidad virtual los visitantes podrán días tocar el busto de Nefertiti o el David de Miguel Ángel mediante guantes hápticos que simulan la sensación de tocar. Hasta aquellos museos que ofrecen visitas por las mañanas para contar con salas mucho más iluminadas que les permitan a sus visitantes apreciar los detalles que con la iluminación diaria no se podría.
¿Cuál es el truco de estos museos? La verdadera preocupación de que no son un recinto estático que son consecuencia de los visitantes que recorren las salas, que participan en las actividades culturales, que dan su opinión en las encuestas o que se inscriben en sus newsletter. Los museos son consecuencia de sus visitantes, viven, evolucionan y dialogan. Así que, en tu próxima visita a un recinto cultural ¡involúcrate!
*Mercadóloga y gestora cultural enfocada en autogestión de recursos y relaciones públicas