Compartir

Claudia SAGREDO*

CDMX.- Hablemos de lo que está de moda, de aquello que incomoda y que crea un revuelo en el mundo cultural desde el no saber abordarlo hasta el ser el niño explorador con medalla de la tropa en la nota verde.

¿Qué es la sostenibilidad? Su significado y la manera en cómo se come en los museos, es una de las problemáticas actuales dentro del mundo cultural, porque seamos sinceros, ¿qué tan “ecológico” quiero ser al trasladar piezas con valores millonarios alrededor del mundo y construir espacios para la admiración y el disfrute de estas con condiciones climáticas, con requerimientos técnicos para jalarse los cabellos?

Empecemos por el principio y definamos que la sostenibilidad es el equilibrio de un recurso, es decir, el uso por debajo de su límite de renovación. Durante los últimos años, la sostenibilidad ha sido el eje rector de muchas industrias -algunas un poco más honestas que otras- sobre las acciones que aplican para la renovación y cuidado de los recursos. Podemos observar desde la adquisición de bonos de carbono, hasta prácticas mucho más verdes dentro de cada parte de la pirámide empresarial.

Ahora, en los museos, ¿cómo comemos la sostenibilidad? Esta conversación se ha dado con los denominados “museos verdes” que buscan mediante su programa expositivo comunicar la importancia de las acciones sostenibles desde lo individual hasta lo global, lo cual les permite a las sociedades el conocer, entender y aplicar pequeños cambios en su estilo de vida que generen un impacto en la forma de pensar y actuar de una sociedad. Actualmente, la conversación debe de ir más allá del sólo comunicar, ya que las sociedades no sólo están más conscientes, sino que algunas están inmersas en las soluciones, por ello, están los museos en donde su propia creación ha sido concebida como acciones en pro de la neutralidad ecológica. Por ejemplo, el Museo de las Ciencias de California ubicado en San Francisco, cuyo diseño y creación le dan la certificación LEED platinum del US Green Building Council, que evalúa la sostenibilidad de los edificios. Este es un sistema basado en diferentes normas sobre eficiencia energética y del uso del agua, mejora de calidad ambiental interior y la selección de materiales, entre otros.

Y hablando de ello, les traigo una noticia de uno de los museos favoritos de muchas personas, el Guggenheim de Bilbao, que ahora no sólo impactará por su arquitectura, o por su hermosa araña, o por el hermoso Puppy que cambia de follaje según la estación, sino también por sus 300 panales solares que le permitirán encaminarse en un futuro sostenible.

Actualmente, esos paneles permitirán al Guggenheim de Bilbao ahorrar un 5% en el consumo eléctrico del edificio y cubrirán las necesidades de iluminación de todas las salas de exposiciones. Es decir, el museo que recibe 1,350,000 visitantes por año y que apertura diez horas diarias, podrá cubrir parte de sus emisiones de carbono al año.
Esta instalación tuvo el visto bueno del arquitecto Frank Gehry que lo construyó de 1992 al 1997, ya que estos paneles solo son visibles a vista de pájaro y concluye con la primera etapa de museo verde iniciada en el 2023 con la colocación de 90 paneles solares en el almacén del museo.

Esta acción no es la única del plan del director Juan Ignacio Vidarte, quien después de 32 años, se despide este año de la dirección del mismo; el resto de las acciones son la medición completa de la huella de carbono del Museo, la compra del 100% de la energía eléctrica con origen renovable, la flexibilización de los parámetros de control de temperatura y humedad para ahorrar gas y electricidad, y la utilización de materiales más ecológicos para las escenografías de las exposiciones.

Todo lo anterior, para lograr la neutralidad climática de un museo (algunos aún no neutralizamos los bochornos del verano).  Ahora, cada que visites un museo, pregúntate ¿qué acciones sostenibles hace para su perpetuidad?

 

*Mercadóloga y gestora cultural enfocada en autogestión de recursos y relaciones públicas.

 

Compartir