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Melinda SZABADOS-BÁNYAI*

JÁSZFÉNYSZARU HUNGRÍA.- Actualmente, estoy librando una verdadera batalla para obtener el carnet de conducir. Aparentemente hay que trabajar y practicar mucho para poder mejorar todas las habilidades necesarias para conducir un vehículo. Me cuesta mucho aceptar y entender esta situación y espero pronto poder mejorar. No quiero hacer largos viajes en coche, solamente las distancias necesarias para nuestra vida diaria.

Todos los que conducen no pueden ni imaginar la inmensa libertad que esta en sus manos. Yo espero poder tener mayor movilidad, espero poder decir muy pronto que tengo todos los recursos necesarios para desplazarme hacia dónde y cuándo yo quiera. En mi caso obtener el carnet de conducir significaría movilidad, libertad, y una victoria inmensa.

Llevamos meses condicionados por horario de autobuses, trenes y me encantaría, nos encantaría poder utilizar nuestro coche para hacer viajes cortos o largos. Cuando no puedes aún conducir pero te gustaría poder salir de la localidad donde vives, sientes una cierta envidia hacia las personas que pueden manejar, ya que te permite tener tu espacio y más posibilidades de movilidad es lo que anhelo. Tengo que vencer el miedo y aprender a conducir para poder ofrecer una calidad de vida más alta a mis niñas. No deseo cosas grandes, a mí me parecen cosas simples, pequeñas pero marcaran una diferencia enorme en nuestras vidas.

Poder ir en coche por ejemplo a la guardería, que está a 2kms de nuestra casa, es uno de mis deseos. No es que me queje o no es de presumir pero mi hija mayor hizo varias veces la ruta hasta la guardería caminando. Caminar es saludable dirían muchos, pero hablamos de una niña de cuatro años que camina bajo el sol, la lluvia o el frío o va en bici con su papá o se viene caminando con su mamá y todo esto cambiaría si aprendo a manejar..

Me gustaría tanto poder llevarla en coche y espero poder conducir lo más pronto posible. Cuando uno decide o se ve obligada por las circunstancias a aprender a conducir teniendo cuarenta años se tiene que enfrentar a décadas de miedo, pánico y también se tiene que controlar o mejor dicho aprender a controlar sus sentimientos. Mi paciencia, mi perseverancia están a prueba cada vez que me subo al coche, todo mi ser se pone a prueba.

Hay cosas que me resultan difíciles, hasta imposibles, pero más allá de todo tengo que encontrar la manera de vencer esta batalla. Es una batalla larga, cuesta mucho, invertí mi tiempo, dinero, pero espero que valga la pena y que un día en un futuro no muy lejano podré encender el motor e ir a cualquier lugar que quiera.

¡Movilidad, libertad van mano de la mano, ojalá me acompañen en nuestros días pronto!

¡Luchen por sus sueños y no se den por vencidas! Aunque hay días en que todo me parece imposible hay que resistir! ¡Resistiremos para disfrutar de un futuro mejor!

 

*Master en escritura creativa, amante de la literatura, teatro y música. Madre de dos hijas.

szabadosbanyaimelinda@gmail.com

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