• La legislación anterior a la nueva reforma, dotaba al Gobierno Federal mecanismos oportunos para atender las contrataciones de emergencia, sin sacrificar la calidad, la transparencia, la competencia y la legalidad.
  • Además, en el Congreso mexicano había varias propuestas de reforma a las leyes de adquisiciones y de obra pública, que se estaban discutiendo en Parlamento Abierto, mecanismo que no se respetó

Ante la crisis sanitaria que vive México a causa de la pandemia del COVID y bajo pretexto de evitar la corrupción, el Gobierno Federal anunció la compra de medicamentos en el extranjero sin licitaciones y por adjudicación directa, ello a pesar de que la industria farmacéutica nacional había mostrado su disposición para contribuir con las políticas de atención a la salud, actuando siempre con transparencia y responsabilidad.

Sin embargo, a través de los legisladores afines que tiene en el Congreso de la Unión, se convocó a un periodo extraordinario, para así aprobar una propuesta parcial de reforma al artículo 1 de Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, violando la Constitución, Convenciones y Tratados Internacionales.

La Red Interamericana de Compras Gubernamentales, indica que la pandemia no es excusa para saltarse obligaciones. “Aunque el principal objetivo en este momento es conseguir suministros, la transparencia debe mantenerse para asegurar que se toman decisiones legítimas, prevenir el fraude y mantener la confianza de los ciudadanos”.

La decisión de comprar medicamentos en el extranjero, sin licitación, evidencia la falta de planeación y transparencia en la presente Administración Federal, en la cual 8 de cada 10 contrataciones o adquisiciones públicas se dan por adjudicación directa, lo que no abona al combate a la corrupción.

Además, comprar medicamentos en el extranjero conlleva el riesgo de inundar al país con fármacos de dudosa calidad, poniendo en peligro 100 mil empleos directos y 500 mil indirectos, así como pérdidas por 60 mil millones de pesos para el sector farmacéutico nacional.

Asimismo, es necesario enfatizar que México es de los pocos países que cuenta con soberanía en la producción y comercialización de medicamentos, por lo que adquirir dichos insumos en el extranjero, podría representar la importación de fármacos de dudosa calidad, que no cubrirán las necesidades de los mexicanos.

En México tenemos una planta industrial seria, establecida desde hace décadas y que cumple perfectamente con todas las condiciones de calidad, oportunidad y precios que requieren los medicamentos, por lo que resulta una contradicción abastecer el sistema nacional de salud con proveedores extranjeros, que no se harían responsables de la calidad de todos los fármacos.

En el Sector Empresarial consideramos que las compras discrecionales de medicamentos en el extranjero no resuelven por sí mismas el problema de desabasto en el sistema nacional de salud, mismo que se debe a la falta de planeación y transparencia en la adquisición durante el último año y medio que va de la presente Administración Federal.

Ante este escenario, en la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) consideramos que las Contrataciones Públicas se deben de guiar bajo 10 principios rectores que vienen en nuestro Decálogo que incluyen privilegiar la transparencia, la competencia, la no discriminación, la eficiencia y economía, la objetividad, la trazabilidad, la aplicación de la ley, la responsabilidad, la capacidad y el profesionalismo.

El Sector Empresarial cuestiona la legislación al vapor que se realizó en San Lázaro para reformar la Ley de Adquisiciones, lo que va en contra de todos y cada uno de estos 10 principios propuestos por la COPARMEX, mismos que provienen de las mejores prácticas internacionales, las Convenciones de las que México es parte, de los Tratados Comerciales, así como de nuestra propia Constitución.

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