▶️ Como mujer, para acceder a más espacios en la música, debes ser muy firme para lograrlo: María Hanneman

Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR

📸 Fotografías: Cortesía

▶CDMX.- Platicar con María Hanneman es un deleite y la emoción que trasmite su voz al hablar de la música y sobre todo de su instrumento – el piano- que le ha brindado a su corta edad (15 años) un reconocimiento importante en el ámbito musical, es extraordinario.

▶Su historia se asemeja a la de cualquier niña pequeña de cuatro años a la que sus papás le regalaron un pianito de juguete  para despertar su interés, sin pensar que María Hanneman formaría un lazo tan poderoso con el que detonaría su talento musical llevándola a ganar diversos concursos internacionales. El último fue el Grand Prize Virtuoso International Music Competition de Londres.

Al principio el piano lo veía como un juego, un regalo más que mis papás me dieron y eso creo fue fundamental para no aburrirme y cansarme de el, pero cuando fui creciendo, fue convirtiéndose en algo más serio y además, fue tanta emoción y gusto por tocar música que me hubiera encantado tener otros instrumentos como el cello, arpa o flauta, pero mis papás dijeron ¡que eran demasiados! Tuve la oportunidad de tocar el violín dos años, pero ¡me gusta más el piano! Creo que la iniciación musical debe ser algo formativo y parte de la educación de todos los niños.

▶Para mantener la motivación en cualquier actividad en los niños, el acompañamiento y guía del profesor es fundamental. María Hanneman ha contado con las enseñanzas de varios tutores que han impulsado su crecimiento musical.

Una persona que siempre voy a llevar en mi corazón es mi maestra Leslie Misrahi, presidenta de la Asociación del Método Susuki, quien me mostró cómo tocar el piano enseñándome las notas musicales a través del oído para que las pudiera distinguir y así interpretarlas.

Su forma de dar sus clases me encantaron y le pedí a mi mamá que me llevara diario; tengo muchos recuerdos muy bonitos con ella, mis primeros festivales, recitales y el primer concurso lo gané con ella.

También a mis maestros actuales los quiero mucho: Reynol Arredondo es mi mentor, tutor y consejero, y David Rodríguez de la Peña, director del Conservatorio Nacional de Música, fue quien me invitó a tomar clases en el conservatorio cuando tenía diez años de edad. ¡Son lo máximo, me apoyan demasiado, siempre están conmigo en todo momento, son fundamentales en mi carrera y siempre van a estar en mi corazón!

Varios maestros han marcado mi vida y a quienes he conocido en los festivales: Enrico Elisi, Antonio Pompa-Baldi, Eteri Andjaparidze y Yunjie Chen. Son personas que me han enseñado y he aprendido muchas cosas para mi carrera musical.

▶El acercamiento con la música, en específico con el piano, ¿cómo ha transformado tu vida a tu corta edad?

Para mí ¡la música es mi vida, mi todo! Sin la música, creo que no podría vivir, busco todo el tiempo tener música; el piano es mi hermano, es de la familia, nos amamos, pero también tengo momentos en donde me enojo o me peleo con el. Forma parte de mí, lo quiero mucho, paso mucho tiempo con el y vivimos juntos muchas aventuras y experiencias. ¡La música y el piano son mi todo!

El crecimiento de mi carrera en la música se debe a que soy muy comprometida y muy estudiosa, amo lo que hago, tengo apoyo de mis maestros y mis papás desde que empecé así como también el apoyo de mi escuela y el conservatorio. Estoy muy agradecida por el apoyo de diversos músicos y de muchas personas que me han ayudado en este camino, pero soy una niña normal. No me gustan que me consideren niña prodigio, ¡no lo soy¡ Mozart sí lo era; yo soy una estudiante en formación, voy a la mitad de la carrera en el conservatorio, no soy genio, soy una niña normal, una chava comprometida con lo que me gusta.

María Hanneman es una chica divertida, con pasatiempos y amigos, que busca disfrutar su vida compaginando su pasión por la música clásica.

Me encanta la música clásica, muchas piezas son muy románticas o muy fuertes, detrás de ellas hay una historia y mientras las escuchó o las interpreto, puedo imaginarme esa historia; a veces son muy fuertes las historias de cada canción haciéndome llorar.

Aunque escucho música clásica la mayor parte del día, también me gusta el jazz y blues, y  cuando estoy con mis amigos, escucho la música que está de moda aunque no es mi favorita.

Trato de combinar todas mis actividades aprovechando mucho el tiempo: me duermo tarde y me despierto muy temprano, le dedico toda la mañana a estudiar el piano y por la tarde tengo un poco de vida social. De vez en cuando veo a mis amigas, nos contamos los chismes del momento; soy muy normal, acabo de hacer una participación con otros chavos para una banda de música de una amiga mía que saco su disco. Son experiencias nuevas y que no voy a olvidar, son parte de mi vida social.

▶¿Cuál es tu mayor reto?

Un reto importante es cambiar la percepción hacia mí, porque al ser una niña de 15 años, siento que ha afectado mi carrera. Trabajo muy duro, de forma constante y estudiando todos los días para ganarme el poder tocar con diversas orquestas y a base de concursos que he ganado demostrando mi capacidad. No han sido dedazos o regalos, esto para mí es lo más complicado.

Toda mi vida me he preparado para llegar a donde quiero, algún día lo lograré y seguiré trabajando para hacerlo. El reto más grande es tocar en la Sala de Bellas Artes, es mi sueño desde la primera vez que fui a un concierto de Daniela Liebman cuando tenía seis años; desde siempre ha sido mi sueño.

A mi corta edad, me he dado cuenta que es complejo ser mujer. En las orquestas alrededor del mundo, sólo hay un 35% de mujeres y hay mujeres súper talentosas como Yuja Wang, Marta Argerich Hiromi o Alondra de la Parra. Hay que demostrar como mujer el doble para acceder a más espacios; pueden pasar cosas que no te gusten, pero no te puedes rendir, hay que ser muy firme. ¡Nunca se rindan! Por eso siempre acabo diciendo: si tienes un sueño, no te rindas.

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