Contexto
Después de casi 8 semanas de haber iniciado la Jornada de Sana Distancia, ya conocimos el Plan de Reapertura de Actividades con el que el presidente López Obrador propone “regresar a la nueva normalidad” que, debemos tener claro, nada tendrá de normal. Es claro que nos enfrentamos a nuevos paradigmas en lo sanitario, económico y en lo social también.

En todo el mundo comenzamos a ver cómo países cuya gestión de la crisis como Nueva Zelanda fue prácticamente impecable porque actuaron pronto, con firmeza y acompañando sus medidas con acciones económicas para proteger sus empleos, reabren sus economías y sus actividades.

En el continente americano por ejemplo, medios de comunicación internacionales han reportado que en Estados Unidos, al menos 48 de sus 50 estados reabrirán al menos parcialmente.

El camino correcto
La reapertura deberá de estar acompañada de una mayor aplicación de pruebas. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en México se han aplicado 0.4 pruebas por cada mil habitantes. Para poder comprender qué tan atrás nos encontramos como nación, el promedio del número de pruebas que han aplicado los países miembros es de 22 pruebas por cada mil habitantes. No hay duda que solo con información precisa acerca del estado de la pandemia podremos contar con la suficiente confianza para emprender un camino seguro hacia la reapertura.

El Banco Mundial afirmó que la recuperación económica en países como México en donde no se cuenta con la misma capacidad fiscal que en Estados Unidos y/o países europeos, será más complicada. En el Foro Juntos Saldremos Adelante, que organiza Coparmex, con Oxfam México y Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, el economista Santiago Levy decía además que países con menor capacidad fiscal que México, como Perú o Argentina, han aplicado medidas mucho más contundentes y eficaces en la protección de los empleos, y de la economía. De ahí el doble compromiso de planear y ejecutar una estrategia integral de reactivación económica que no sólo nos permita salir a flote, sino lo mejor librados como economía.

México es un país de crisoles, que lejos de ser homogéneo o monolítico en múltiples esferas, es un país rico, en gran medida, por su diversidad de las regiones de México, todas tienen su propia circunstancia y su realidad. Por ello es importante identificarlas, reconocerlas y coordinarlas para impulsar y convertir esas diferencias en fortalezas económicas.
El Plan de Reapertura Presidencial
Algo de eso intentó retomar el plan de reapertura económica presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no obstante que con una indefinición clara de elementos clave para un regreso ordenado y eficaz:

Si bien el Gobierno Federal publica una lista de 269 municipios en 15 estados “sin contagios o vecindad de contagio”, no hay una certeza de a qué municipios se refiere y con base en qué fecha de datos de contagios fueron determinados. Tampoco nos dicen cuántas pruebas se realizaron en dichos municipios como para poder asegurar que en efecto el virus no llegó a dichas localidades.

Ante el anuncio presidencial, en Coparmex hicimos un análisis de los municipios que, -al 12 de mayo, según datos de la secretaría de salud-, cumplen con las condiciones de (i) tener cero casos de COVID-19 y (ii) no tener vecindad con algún municipio que haya tenido al menos un contagio.

En él, encontramos 294 municipios con estas características en 14 estados de la república. Lo impactante, es además que en estos municipios hay 51,365 unidades económicas que representan el 1% del total nacional. En suma, el impacto económico de esta medida será mínimo.

Tres industrias verdaderamente esenciales
El plan sí incluye buenas noticias y clasificó a las industrias de la fabricación de equipo de transporte, minería y construcción como esenciales.

Le tomó un mes al Gobierno Federal hacerlo, al menos desde que Coparmex , el 15 de abril había exhortado al presidente López Obrador que se declarara a la industria como esencial para nuestra economía.

De hecho, al anunciar a la industria de fabricación de equipo de transporte no sólo incluye a la industria automotriz, sino también a la industria aeroespacial. Ambas verdaderamente relevantes para la economía nacional. Por ejemplo, México es el sexto mayor fabricante de automóviles en el mundo y el quinto productor de autopartes. De ella depende el 3% del PIB y 872 mil empleos formales.

La construcción representa el 7% del PIB y 1.4 millones de empleos. Además, es de suma relevancia por su derrama económica en diversos sectores económicos. La industria y el Gobierno Federal deben asegurarse de mantener a nuestro país como el primer lugar en cuanto a la producción y exportación de autos, así como de proteger nuestra participación en las cadenas globales de valor. En particular, Coparmex coincide con la relevancia de la apertura del sector de fabricación de equipo de transporte para que puedan alinearse con la apertura del sector en Estados Unidos.

El gobierno anunció que la reapertura de estos sectores será posible siempre que cumplan con los productos sanitarios para proteger a sus colaboradores. En este sentido, solicitamos que las supervisiones por parte del gobierno se hagan de forma expedita y eficiente para lograr que la categorización como esenciales verdaderamente rinda frutos y se sincronice con nuestros socios comerciales.

Semáforo de reapertura
El Plan anunciado incluyó un semáforo de cuatro colores que se utilizará para determinar la posible reapertura de las actividades en los estados. Pero en dicho semáforo:

• No se mostraron los criterios que determinan en qué color se ubica cada estado. Esto es de suma relevancia para conocer cómo es que una localidad podrá pasar de una fase a otra.

• No hay claridad si este semáforo será definido a nivel municipal o estatal. Hace unos días se presentó un mapa con definiciones a nivel estatal. A partir de la realidad que los gobernadores perciban y conozcan en sus estados son quienes verdaderamente deberán definir el semáforo de sus respectivas entidades e informarlo a la Federación, y no al revés.

Además, el Gobierno Federal no acompaña su plan de reapertura con un plan de contención que evite la posibilidad de un rebrote que nos lleve a un segundo periodo de confinamiento, lo que lastimaría aún más la salud, la economía y el ánimo social de los mexicanos.

El reto es mayúsculo y debe comprenderse que cuidar la salud de los mexicanos mientras se cuida también de sus empleos y de la economía nacional son dos caras de la misma moneda y parte integral del mismo objetivo.

En Coparmex creemos que un proyecto de esta magnitud, del que prácticamente depende el desarrollo nacional, la respuesta no está en atender una crisis a decretazos. Todos estamos obligados a formar parte del equipo que planee e implemente la reapertura económica, de ahí la relevancia de lograr un Acuerdo Nacional. En este sentido, será de suma relevancia contar con el apoyo y coordinación de los gobiernos estatales, quienes ya llevan un gran avance en el diseño y planeación de la reapertura en sus localidades.

Al final, la reapertura de la economía no sólo depende de que los negocios reabran; se requiere de consumidores sanos, con empleos y recursos para estar dispuestos a salir de sus casas a consumir. La economía no se abrirá por decreto, la economía lo que requiere es confianza y esa la debemos construir entre todos. A eso nos está obligando esta contingencia sanitaria y económica del Covid 19.

Muchas gracias.

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