Jeanette QUIROZ*

Fotografías: Jorge Luis Plata

CENTRO PENITENCIARIO FEMENIL TANIVET, OAX.- En esta entrevista, la voz de la señora Estela García Aragón resuena como un eco de gratitud y admiración hacia Dios y hacia aquellos que han sido sus compañeros de viaje.

Desde sus orígenes en Llano Grande, Santa María Jalapa del Marqués, hasta el fulgor de su trayectoria en el servicio público, su historia es un testimonio de valentía y dedicación. Con gratitud en el corazón, reconoce la influencia de quienes ama y el apoyo inquebrantable de sus padres en cada paso del camino

En este camino, ha sido parte de la Secretaría de Seguridad, ahora llamada Protección Ciudadana, donde ha adquirido valiosos valores como la disciplina y el respeto hacia las personas privadas de su libertad y sus compañeros de trabajo. Ingresó a este medio el 27 de junio del 91 y desde entonces ha estado entregando su esfuerzo.

Su motivación para adentrarse en el servicio público fue la necesidad en casa y la búsqueda de estabilidad laboral. Ingresó en el Centro de Tehuantepec sin saber que era un Centro Penitenciario, pensando que era una escuela o preparatoria. Sin embargo, aquí encontró su lugar y ha permanecido desde entonces.

Para esta gran mujer, el apoyo inquebrantable de sus padres ha sido el núcleo de su fortaleza, una fortaleza tejida con hilos de amor y sacrificio.

“Mis papás, como todo padre, que quieren lo mejor para sus hijos, siempre me inculcaron valores y me apoyaron siempre, en ese entonces para los pasajes y la alimentación. Me decían tú trabaja, ahorra tus quincenas no te preocupes por los pasajes te vamos a seguir apoyando y con échale muchas ganas y actitud a tu trabajo, porque en el camino hay muchos tropiezos, buenos y malos, pero saldrás adelante”

Sus recuerdos están adornados con las enseñanzas de sus padres, quienes le transmitieron la importancia de elegir el camino del bien y la recompensa que acompaña a cada decisión.

“Si tú quieres guiarte por lo malo, te vas a guiar por lo malo, pero tendrás tu recompensa. Si quieres guiarte por lo bueno, también vas a tener tu recompensa. Eliges tu camino, eliges tu destino, eso fueron las palabras de mis padres.”

La cocina siempre ha sido su pasión, inculcada desde pequeña por sus padres. Aunque también ha trabajado en operativos y en el servicio de aduana, desde que le pidieron apoyo para estar en la cocina, decidió quedarse. Los desafíos en este departamento son constantes, especialmente en la gestión de víveres y preparación de alimentos, donde debe administrar los recursos de manera adecuada para evitar problemas con la población interna.

En el Centro Penitenciario Femenil Tanivet, se ofrecen tres comidas al día: desayuno, comida y merienda. El menú varía, pero siempre se busca mantener una variedad para no hacer monótona la dieta de las internas. A lo largo de su carrera, su mayor satisfacción ha sido aprender y crecer como persona, así como sacar adelante a sus hijas. Sin embargo, también ha enfrentado desafíos, como el incidente en el 96 en el que estuvo detenida durante 72 horas debido a la falta de seguridad en ese momento. Aunque fue una experiencia difícil, le enseñó la importancia de estar alerta y ser observadora en su trabajo.

Entre sus mayores desafíos como mujer fue equilibrar el rol de madre de tres hijas con las demandas de un trabajo exigente resultó ser una tarea ardua. Cada día representaba un nuevo desafío, donde debía navegar entre las responsabilidades familiares y profesionales con habilidad y determinación. Enfrentó largas jornadas laborales y noches sin dormir, sacrificando su tiempo y energía para asegurarse de que sus hijas tuvieran lo mejor convirtiéndolas en su mayor orgullo.

“La situación fue sumamente difícil, especialmente porque para cuidar de mis hijas, tuve que depender del apoyo de mis padres para mi hija mayor, de mi hija mayor para ayudar con la del medio, y finalmente, para la más pequeña, tuve que buscar ayuda externa. Sin embargo, llegó un punto en el que mis hijas señalaron momentos en los que no estuve presente para ellas, es difícil, pero estoy consciente que este trabajo valió la pena, pues les dio formación y un hogar”.

Como un faro de inspiración, comparte su sabiduría con aquellos que buscan orientación en el camino de la vida, invita a la juventud a cultivar los valores fundamentales del respeto, la disciplina y el estudio, recordándoles que el conocimiento es el tesoro más valioso que pueden poseer.

Ella aconseja inculcar en los hijos los valores fundamentales, el respeto, la disciplina y, sobre todo, la importancia del estudio. Prepararse para el futuro es clave, ya que, aunque se puede defender sin educación, es mucho mejor y más ventajoso contar con ella. Es vital conducirse por el camino del bien, buscando el beneficio tanto propio como el de las familias y la sociedad en general. Personalmente, ella se siente y considera una pieza importante dentro de este medio, y por eso invita y recalca la importancia de estudiar y prepararse para el futuro. Se siente bendecida por Dios y agradecida con usted y con la directora del penal por esta oportunidad de laboral durante 30 años.

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