Compartir

Jasmina HARTIANA*

Es el título de una puesta en escena en Ciudad de México. Cuatro actores drag intervienen en esta obra. Aunque a mi parecer se trata de un guión que todavía le falta limpiarse, la idea principal es buena. Además, es divertida. En un pequeño teatro hípster enclavado en la zona rosa te reciben con un caballito de mezcal. Señoras mayores, parejas del mismo sexo y un ambiente acogedor.

La historia se centra en estas tres mujeres que buscan al amor de forma obsesiva y de alguna manera, terminan timadas. Al final de la obra, me puse a pensar acerca de cuánto tiempo gastamos los seres humanos corriendo atrás del amor. Incluso, en esa carrera, muchos nos olvidamos de nuestros proyectos personales o de seguir cultivando esas amistades que tanto nos hacen felices. Y así, nos subimos a una montaña rusa que durará unos años, anestesiará nuestro cerebro con el enamoramiento para luego dejarnos tendidos y agotados. Otras veces, bastante sufridos. Todo en nombre del Amor.

¿Qué tan importante resulta estar emparejado? ¿Se trata de un valor social o sólo del sentimiento de sentirnos intoxicados por algún tiempo? Bueno, eso depende de la persona -creo-; a algunas les interesa las apariencias y a otras simplemente estar enamorados el mayor tiempo posible, sin importar de quién. Lo que me recordó, en este momento, el documental de Pamela Anderson, esta mujer que quiere vivir de forma constante en el romanticismo (no la culpo, ni la juzgo). Al final de este documental, te das cuenta que se trata más de una historia de amor propio.  En mi caso, al menos no puedo mentir, no he pasado más de dos meses de mi vida soltera y sí, me he dejado arrastrar por la fantasía exquisita del enamoramiento. No me veo en el futuro emparejada, es decir, más allá de mis cincuenta y no creo que se trate de una decisión de soledad auto elegida, sino más bien a que nunca vi en mi familia a ninguna mujer con pareja después de esa edad. Puedo alegar a mi favor que no me agrada mucho esa sensación de estar enamorada, es como si ocupará demasiado espacio en mi cerebro, resulta incómodo, pero igual permito que me pase. Como en aquel clásico de La otra cara del amor, todos terminamos volviendo, ¿porqué? porque mientras dura, se siente jodidamente increíble.

*Soy fotográfa y cuentista

Cuentos: Anabel, Miel con veneno, Imágenes que cuentan, Entretenimiento para Adultos, El Cerrajero, y la Chica del Tutu. jazminahartiana@hotmail.com

 

 

 

Compartir