Ernesto LUMBRERAS*
GUADALAJARA, JAL.- La enciclopedia francesa y, por supuesto, la británica tan venerada por Jorge Luis Borges fueron empresas colectivas donde los saberes particulares de los genios de diversas generaciones aportaron breves y concisas notas relacionadas con su campo profesional. Un entusiasmo generoso y humilde, exento de pedantería y jergas de especialista, encontramos en esos puntuales, seductores y pedagógicos ensayos que el célebre escritor argentino tomaría como modelo literario. Esa misma atmósfera de cordialidad se respira en esta nueva edición de Triviario tapatío que convocó a veintisiete autores para recordar —es decir, volver a pasar por la hidrografía del corazón— historias del solar común, il mio paese dicen todavía los sicilianos, “la matria” acotará don Luis González y González que es, entre otros menesteres, el territorio que se puede recorrer en una jornada.
En cierto modo, Guadalajara es el kilómetro cero de este volumen memorioso y anecdótico, y el año de 1542, fecha de su cuarta y categórica fundación, la coordenada temporal para “juntar nuestros pasos” —parafraseo el título de la autobiografía de Elías Nandino— con los de las mujeres y los hombres de otras épocas, incluso anteriores a esos cuatro dígitos emblemáticos, más allá de las expediciones y conquistas castellanas, incluso, de las comunidades regidas por otros dioses cuyo universo cultural apenas estamos conociendo. Las 761 golosinas intelectuales que se anuncian en la portada abordan infinidad de asuntos de la Perla Tapatía como de sus alrededores, antropología e historia, arquitectura y artes plásticas, música y gastronomía, artes escénicas y ciencia, libros y libreros, sociología y filología, periódicos y periodistas, lugares de recreo y de culto, celebraciones y duelos, leyendas y chismes…
Apuntes para una historia de la vida privada de Guadalajara y sus comarcas vecinas. Heroicas y conmovedoras apariciones del pasado remoto o reciente en nuestra casi siempre abúlica actualidad. El Triviario tapatío, además, trae en sus páginas 339 imágenes como un complemento visual a lo contado por sus autores, registro fiel del recuento de los daños que ha padecido la llamada “ciudad de las rosas” —“la clara ciudad” diría Agustín Yáñez— en los últimos setenta años, pero también incuestionables celebraciones, obra y gracia del talento y las perseverancia de sus mujeres y hombres. Este libro de Tedium vitae editorial, proyecto capitaneado por Alberto García Ruvalcaba con la curaduría visual de Mónica del Arenal, ambos también autores de varias entradas del Trivario tapatío, no está ordenado alfabética ni cronológicamente, tampoco su secuencia está regida por temas o áreas del conocimiento. Su devenir, entonces, hace suya la divisa de Byron sobre la alegría que deparaba un bosque sin senderos. El autoservicio de un pantagruélico buffet. La recolección de un gambusino de la estirpe de Josep Cornell o de Carlos Monsiváis, en su perfil de coleccionista de minucias, levantando cada fin de semana —sin proponérselo objetivamente— el acervo de lo que sería el Museo del Estanquillo. El índice onomástico, de títulos y de colaboradores así como la vasta bibliografía serán bitácoras de gran utilidad para el lector que se proponga una lectura guiada por los asuntos de su interés y exclusivo placer. En efecto, varios tours se pueden ordenar en este jardín de los senderos que se bifurcan o en este castillo de los destinos cruzados.
**Triviario tapatío. Historia universal de Guadalajara en 760+1 golosinas intelectuales, Alberto García Ruvalcaba, editor, Tedium Vitae Editorial, Guadalajara, 2022, pp. 462.
*Ernesto Lumbreras (Jalisco, 1966) *De la inminente catástrofe. Seis pintores mexicanos y un fotógrafo de Colombia de Ernesto Lumbreras, edición de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México publicada en este 2021.Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. lumbrerasba@yahoo.es