Ernesto LUMBRERAS*
GUADALAJARA, JAL.- El poema en prosa, antes y después de Baudelaire, ha borrado las fronteras de los géneros literarios. Es un laboratorio permanente del cantar, el pensar y el contar. En tales coordenadas, el cuento es la forma poética de la narrativa. Por eso mismo, José Bergamín afirmó que el aforismo —el ensayo en su máxima destilación— es poesía en estado sólido. La experiencia de escritura de este género ambiguo e inestable abre posibilidades y aventuras para poetas, cuentistas y ensayistas; para cada uno, sin prestigiar a priori ningún discurso, el ejercicio del poema en prosa ofrece libertad creativa, improvisación, arquitectura musical, experimentación, amalgama de registros expresivos, correspondencias del todo y sus partes, contrapuntos y fugas argumentales así como de atmósferas y tonalidades acordes al tópico o la trama en cuestión.
Si bien es cierto que la publicación de El Gaspar de la noche de Aloysius Bertrand, en 1836, marca el nacimiento del poema en prosa como tal, hay antecedente en la literatura romántica alemana, en el Hyperion de Hölderlin o en Himnos a la noche de Novalis por ejemplo. A su manera, también en Il Zibaldone de Giacomo Leopardi se respira ese aire libérrimo y de múltiples correspondencias, polifónico en su decir y de varias bifurcaciones en sus tanteos discursivos. Por supuesto, la aparición de El spleen de París, conocido también como Pequeños poemas en prosa de Charles Baudelaire, dotó a esta creatura verbal anfibia de un status artístico de obra maestra, pero asimismo, como herramienta ideal de la expresión moderna, vehículo inmejorable para el flȃneur que en sus largas caminatas en la gran urbe, abre sus sentidos y su alma a los festines del caos y la locura, a la inspiración temeraria, y la abyección de la razón humana.
En el pórtico del libro citado, Baudelaire confiesa su deuda con la obra de Bertrand —leído al menos en veinte ocasiones— , la cual le brindaría la oportunidad de aplicar el modelo “a la descripción de la vida moderna, o más bien, de una vida moderna y más abstracta.” La imaginería medieval del Gaspar de la noche, cuyo subtítulo, “Fantasías a la manera de Rembrandt y de Callot”, delata una inclinación por la imagen, se adecuó a los requerimientos de los Pequeños poemas en prosa porque precisamente en esa “prosa poética, musical, sin ritmo y sin rima, flexible y sacudida lo bastante para ceñirse a los movimientos líricos del alma, a las ondulaciones del ensueño, a los sobresaltos de la conciencia.” Varias décadas después, André Breton, practicante del poema en prosa, dirá entre guasón y pontífice que esta forma habrá de sustituir en poco tiempo al soneto.
Especialmente en la tradición francesa y en la de lengua española, este molde verbal se multiplicó con estilos y apropiaciones tan diferentes. Podría ser al mismo tiempo, un espíritu rabioso arruinando un festín, la contemplación de los misterios de la naturaleza o la fascinación de un lago congelado, es decir, la Temporada en el infierno y Las iluminaciones de Arthur Rimbaud, la Historia natural de Jules Renard o cierta prosa metafísica de Stéphane Mallarmé. Los modernistas hispanoamericanos fueron entusiastas del poema en prosa, Rubén Darío lo puso a su servicio en varias páginas de Azul…, ejemplo que replicarían poco después Leopoldo Lugones, Julio Herrera y Reissig, Juan Ramón Jiménez… Entre los llamados posmodernistas, El minutero de Ramón López Velarde y La casa de cartón de Martín Adán, la poesía y la prosa son a un mismo tiempo pleamar y bajamar del placer y de la angustia de la vida. Con un humor que le viene de Heine, pero también de Chesterton, el libro Poemas y ensayos de Julio Torri marcaría un antes y después en la literatura mexicana. La concreción verbal, la agudeza prodigiosa y la ironía de varias bandas, reconocibles en la poética de Torri, forjaría hasta cierto punto una escuela libre de varia invención.
*Ernesto Lumbreras (Jalisco, 1966) *De la inminente catástrofe. Seis pintores mexicanos y un fotógrafo de Colombia de Ernesto Lumbreras, edición de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México publicada en este 2021.Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. lumbrerasba@yahoo.es