Compartir

 

Ernesto LUMBRERAS

GUADALAJARA, JAL.- En el libro El retrato en Jalisco (2004) de Carlos Navarro, su autor recupera un par de cuadros donde figuran dos mujeres relacionadas con Ahualulco de Mercado, mi pueblo natal, retratos ejecutados por pintores activos a mediados del siglo XIX. Aunque la fotografía comenzaba apenas, estaba todavía lejos de competir con la pintura; en esa época encargar un cuadro suponía un estatus social y económico de alto nivel, un lujo que sólo la clase pudiente podría permitirse. En tal sentido, los retratos de la señora Juana María Loreto pintado por el Ramón Román Ramos en 1851, artista nacido en La Barca y el de la Señora de Ahualulco pintado en 1861 por el amequense Marcelino Mares fueron, a no dudarlo, verdaderos obsequios de la familia para conmemorar un fecha significativa. La primera de las obras plásticas es inquietante y misteriosa; tal vez, el artista realizó los primeros esbozos con la modelo recién fallecida, sin rehuir por supuesto la ausencia de nariz de la señora Loreto. En la leyenda, escrita en la parte superior del cuadro se puede leer algunos datos de la mujer: “Doña Juana María Loreto nació en el pueblo de Magdalena el día 22 de junio de 1785 y murió en Ahualulco de Mercado de edad de 65 años, 6 meses, 22 días, un 15 de enero de 1851”.

En el canon de la pintura jalisciense de este momento, la obra de José María Estrada imponía un estilo donde se combinaba la tradición popular y la de la academia; en esas coordenadas, el retrato de Román Ramos pone especial esmero en los ojos y las cejas, en la frente, en el vestido estampado con motivos florales mientras que en la anatomía de las manos y del mentón se observa un descuido de la proporción en la figura. Repara Carlos Navarro en la pluma que sostienen las manos de doña Juana, indicio iconográfico de que tendría aficiones literarias. Esta pieza la compila Roberto Montenegro en el catálogo Pintura mexicana 1800-1860 publicado en 1933 por la SEP; su reproducción aparece en blanco y negro y no consigna —en la ficha técnica correspondiente— la colección o el coleccionista que la resguarda. ¿Formaría parte de la pinacoteca personal de Montenegro? Y si así fuera ¿cómo llegó a sus manos? La historia detrás de este retrato se antoja para una trama novelesca de innumerables misterios.

La identidad de la retratada por el pintor Marcelino Mares es un enigma. Aunque no tan agobiante y pesaroso como el de su paisana desnarigada. Se trata de una mujer madura, casada según la sortija en su dedo índice de la mano derecha, recatada por la vestimenta oscura, de una belleza que fue y que ahora está en retirada sin ninguna mortificación o nostalgia. La pose elegida, sentada y mirando al frente, da prestancia y serenidad a su figura, incluso introspección. La tez blanca permite un armónico trazo de ojos y cejas, de nariz y boca, del peinado recogido y las orejas con aretes discretos. La composición, el dibujo y el color del cuadro, de tendencia realista, muestran a un artista extraordinario, dueño de una técnica sofisticada que sabe transmitir gracia y espiritualidad, dominio y confianza en el presente. Entre las pinturas que reproduce el libro de Carlos Navarro se encuentran varios retratos de miembros de la familia Cañedo, dueños de innumerables haciendas en la región, la de El Cabezón, entre las más renombradas; en todas estas piezas destaca la excelencia plástica del pintor cuya obra está tristemente desperdigada o perdida, situación que por supuesto dificulta un estudio que resalte su relevante trayectoria y sus aportaciones. El cuadro Señora de Ahualulco pertenece a la colección de Fernando Partida Rocha. Se antoja contactar a su actual propietario y ver de cerca este retrato excepcional.

 

*Ernesto Lumbreras (Jalisco, 1966) *De la inminente catástrofe. Seis pintores mexicanos y un fotógrafo de Colombia de Ernesto Lumbreras, edición de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México publicada en este 2021.Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. lumbrerasba@yahoo.es

 

Compartir