Ernesto LUMBRERAS*
GUADALAJARA, JAL.-Los textos que conforman mi libro son ensayos literario sobre arte mexicano; el adjetivo “literario” no esconde la cruz de mi parroquia, es decir, afirma y acepta que soy un escritor que oriento mis indagaciones y perplejidades, mis interrogantes y divagaciones hacia una región de la pintura mexicana que puede admitir el adjetivo de “clásica”, sin restar a su geografía visual, por supuesto, una zona de niebla o de arenas movedizas donde se renueva el riesgo y la inestabilidad. La nómina de esos seis pintores la integran, en orden cronológico: José Clemente Orozco, Ricardo Martínez, Rafael Coronel, Manuel Felguérez, Francisco Toledo y Arturo Rivera. A esta lista se suma el fotógrafo colombiano Leo Matiz que en la década de los cuarenta realizó trabajos de colaboración especialmente con los muralistas J.C. Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Personalmente me atrae el ensayo, efectivamente, como divagación, un paseo sin plan meditado y sin propósito específico. En consecuencia, también, en este viaje me desentiendo de arrojar un reporte o una conclusión categórica. Demasiada responsabilidad para un paseante que salió de casa para hacer la digestión o cavilar sobre el sexo de los ángeles. Cuando Mathias Goeritz se apareció en España, a los pocos meses de concluida la Segunda Guerra, objetó que en ese país no existía la crítica de arte. Para el artista y teórico alemán lo que escribían Ramón Gómez de la Sena y Eugenio D’Ors, en torno de pintores y exposiciones de arte, era literatura, solo literatura. ¡Pero qué literatura! Creo que Goeritz tenía razón. La misma objeción podría aplicarse a los escritos de Charles Baudelaire y John Ashbery. El crítico sí se propone enfáticamente ordenar el caos o llevar el caos al orden, desestabilizar el pasado desde el presente o al revés. Tal vez, el ensayista consiga esos mismo propósitos pero sin demasiada estridencia ni mucho menos con banderas militantes desplegadas en todo lo alto.
Los seis pintores mexicanos y el fotógrafo de Colombia reunidos en mi libro cerraron su ciclo creador, José Clemente Orozco lo hizo hace 72 años. Leo Matiz cumplió 23 años de haber cambiado de vecindario, Ricardo Martínez pasó el umbral hace una docena de años, Francisco Toledo y Rafael Coronel hace dos vuelta solares, Manuel Felguérez y Arturo Rivera hace apenas un año. El término clásico que utilicé al principio está lleno de equívocos. Estos artistas, pero sobre todo sus obras, pertenecen al pasado del arte mexicano, un legado inestable, en actividad permanente, o cambiante que está configurando, en este momento que redacto estas líneas, el presente artístico de México.
*De la inminente catástrofe. Seis pintores mexicanos y un fotógrafo de Colombia de Ernesto Lumbreras, edición de la Universidad Autónoma de Nuevo León y de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México publicada en este 2021.
* Ernesto Lumbreras (Jalisco, 1966). Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. lumbrerasba@yahoo.es