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Antonio SALDAÑA*

BARCELONA, ESP.- Una amiga comenzó a salir con un chico muy cariñoso. Él constantemente le pedía que jamás lo fuera a dejar porque de hacerlo, se moriría. Ya sé que suena romántico y que es una frase que muchos dicen por decir, sin embargo, este chico tenía demasiados celos, control, ansiedad a la separación y, cuando se enojaba, desaparecía por lo menos tres días para después regresar como si no hubiera pasado nada. ¡Qué confuso! ¡Te odio, pero a la vez te amo!

El estilo de apego desorganizado es uno de los cuatro tipos de apego identificados por el psicólogo John Bowlby; es como cuando intentas armar un rompecabezas sin las piezas correctas. Es un caos emocional que deja a las personas muy confundidas y con más preguntas que respuestas. Imagina a un niño que, en lugar de recibir abrazos y cariño, se encuentra en un torbellino de emociones contradictorias. Es como si sus padres le dijeran: “Te quiero, pero también te asusto un poco”. En este estilo de apego, la relación entre el cuidador (generalmente los padres) y el bebé es amenazante y caótica. Ya sea por adicciones, problemas de inestabilidad mental, violencia intrafamiliar, por no querer al hijo, por violencia física o por cualquier tipo de abuso, los padres hacen que su comportamiento sea impredecible, creando un ambiente hostil para el niño.

En una ocasión, tuve a una paciente con apego desorganizado: cuando se enojaba su madre, estallaba como un volcán en erupción, desquitando toda su rabia contra ella; le decía cosas como “me arrepiento de haberte tenido”, “te odio” o le lanzaba lo que tuviera cerca, pero cuando la ira desaparecía, la madre, llena de culpa, se acercaba a la pequeña para decirle “te amo mucho”, “eres lo más importante en mi vida” o la llenaba de costosos regalos. Este comportamiento confuso, donde la misma persona que dice “te amo” es la que te maltrata, provoca que el sistema nervioso, en este caso el de mi paciente, se estrese tanto por no saber con qué mamá se cruzará y que la única respuesta de sobrevivencia es tener un estilo de apego “adaptable” a toda situación. En otras palabras, la mente aprende a mezclar, de forma desorganizada, el apego ansioso y el evitativo en la misma persona.

Características del Apego Desorganizado

  1. Miedo y culpa: Los niños con apego desorganizado sienten miedo de sus padres, pero también sienten culpa por necesitarlos. Es como si tuvieran un GPS emocional que los lleva por caminos confusos.
  2. Desconexión de la realidad: Imagina que estás viendo una película de terror, pero no puedes cerrar los ojos. Eso es lo que sienten estos niños cuando sus cuidadores son impredecibles. Se desconectan para sobrevivir.
  3. Ansiedad en modo turbo: La inseguridad constante les hace sentir como si estuvieran en una montaña rusa emocional. ¡Agárrate fuerte!
  4. Autoestima en modo “¿Quién soy yo?”: El maltrato afecta su autoimagen. Se ven como un rompecabezas incompleto.
  5. El mundo es un lugar peligroso: Para ellos, el mundo es como un bosque oscuro lleno de criaturas aterradoras. No saben si abrazar o huir.
  6. Cerebro en modo confusión: El estrés constante afecta su desarrollo cognitivo. A veces, piensan que 2 + 2 son 5.
  7. Bailando entre el acercamiento y la huida: Estos niños son como gatos indecisos: un día quieren cariño, pero al siguiente se esconden bajo la cama.

 

El apego desorganizado nos recuerda que el amor y el dolor pueden entrelazarse de maneras complejas, pero a través de la comprensión y el apoyo, podemos sanar y construir vínculos más saludables.

 

*Master en coaching en inteligencia emocional y PNL por la Universidad Isabel I de Castilla. Nº 20213960.

Diploma en especialización en coaching y programación neurolingüística (PNL) por la Escuela de Negocios Europea de Barcelona.

IG: tonosaldanaartista

 

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