Edgar SAAVEDRA*
I
Mientras el mundo avienta patadas de ahogado, mientras la poderosa Rusia pulveriza Ucrania, mientras los sionistas con doctrina nazi cometen un genocidio nunca antes “tan divertidamente visto en redes sociales”, mientras Sudán, Birmania, se despedazan entre sí… en algún lugar del mundo nos levantamos tranquilos por una taza de café. Por ahora, giremos el caleidoscopio humano y vamos a centrarnos donde el arte es protagonista, que no salvador.
II
De Oaxaca se ha dicho que es “La Meca” del arte pictórico mexicano. Se puede pensar en esta falsa analogía si aceptamos también que en su peregrinación mayor un rito consiste en apedrear al diablo. Seguro que este se ha de morir de risa. El caso es que la pintura en Oaxaca siempre está en entredicho, una es porque sobran pintores y faltan artistas, y otra, que en gran medida todo se parece. Elefantes, barcos, árboles, canoas o calaveras. Turrones al óleo, argumentos carentes de artisticidad e ingenuos, falta de propuestas, arte apantanado y detrás de las obras, autores aburridos, holgazanes, carentes de una intelectualidad básica, avaros, un poco idiotas y en el fondo, poco felices, galeristas y directores de instituciones de arte incluidos. No digo todos. Faltan proyectos que rompan la inercia.
III
Voy a referirme a una expo colectiva en particular bajo el nombre Geografías de la Libertad, edición segunda-2024. Geografías de la Libertad es un proyecto artístico que nació en 2023 por la iniciativa del artista Martín Dimitrova. Dicho de manera sencilla, este ejercicio consiste en invitar a otro colega a intervenir una de sus piezas ya terminada. Es diferente a un trabajo al alimón –donde dos o más artistas participan simultáneamente en la creación de una pintura. En esta modalidad poco común se trata de invadir un espacio ajeno de tal forma que en su resultado final se ofrezca un dialogo artístico condescendiente y propositivo en cuanto a nuevos vasos comunicantes se generen en el sistema pictórico del proyecto. Un verdadero gesto de sagacidad y genuinidad en el pasmado circulo del arte en Oaxaca, aunque ni una garantía de excelencia como tal, reconocido el esfuerzo, eso sí. Las exposiciones colectivas suelen ser organizadas y alentadas por galeristas añejos, determinados por una causa común, por lo general, un poco huecas y débiles, insustanciales de una orilla a otra. La ganancia es el verdadero látigo. Suelen ser puritito bluff. De ahí que es reconocible la frescura de nuevas propuestas, bien calculadas en su riesgo.
III
Detrás de cada pintura de Geografías existe una crónica que contiene algunas aristas inasibles. Otras de ellas dejan entrever el entusiasmo, un espíritu de cofradía, una igualación técnica bien resuelta y entendida, etc., pero también hay de por medio, quizás de forma más sutil, una manifestación discreta de los íntimos valores del artista. ¿A que me refiero? Sirvan de contexto lo siguiente. Los valores humanos (lealtad, empatía, amor, justicia, honestidad…) se están resbalando a una cloaca sin remedio. En su lugar, la soberbia, el orgullo, la avaricia, la mentira, la estupidez sin límite, han levantado un imperio. Nada nuevo bajo el sol, pero sobrecargado. Es la pleonexia de los griegos (“el deseo de tener más; tener lo que pertenece a otros; el egoísmo despiadado”) habitando a sus anchas en el corazón del Antropoceno, nuestra actual y definitiva era de autodestrucción. O bien, sin demasiada dialéctica, obras que han resultado pobres estéticamente, que han avasallado el campo en conjunto, que utilizaron la primera pintura como mero y vulgar fondo. Otros, y suelen ser artistas más consolidados, han logrado el objetivo con sencillez elegante.
IV
Mientras tanto, en algún lugar del mundo, sucede la poesía del arte, la celebración, la buena complicidad, la propuesta sin cortapisas que sin tocar trompeta rompe inercias e invita a descubrir una geografía donde la libertad es pozo de los buenos deseos.
*Periodista cultural.