Lalo Plascencia
Para Aristóteles, la amistad es una de las máximas muestras de virtud. Es un basamento de construcción personal y colectiva, fundamento del estado, y reflejo de la bondad personal. Porque un amigo quiere el bienestar para sí mismo pero que en consecuencia es para el otro, ya que una persona buena no puede hacer mal para otros sin dañarse primero. Es entonces la amistad un valor máximo de la cultura individual y social.
El filósofo definía tres tipos de amistades: la perfecta, la que se da por placer, y la que existe por conveniencia; la primera es complicada de encontrar, ya que ambos seres estarían conectados por deseo propio, por placer, conveniencia, y por el simple hecho de ser amigos para compartir su esencia uno con el otro. Puede ser que en ella convivan las otras dos formas de amistad en total balance como el culmen de una vida buena.
Las otras dos son aquellas que si bien se establecen con fines particulares no significa que sean poco éticas ni perversas; por el contrario, una amistad por conveniencia o placer puede ser perfectamente clara, puntual y benéfica, ya que ambos buscarán obtener gusto o beneficio personal y en consecuencia para el otro. Lo que puede ser controversial es la duración o permanencia en el tiempo, la forma en que trascienden, y las maneras en que impactan al colectivo una vez concluida la relación. Dice el sabio griego que este tipo de amistades son el inicio de toda relación perfecta, ya que no existe humano que no busque primero su beneficio que resultará en mejora para el otro. Amistad es entonces el fuego que enciende la hoguera de una sociedad animada, cambiante y perfectible. Estamos destinados a ser, tener, y comprender la amistad como una muestra inequívoca de humanidad.
Amistad es homenaje
Margarita Carrillo es una figura indiscutible de la difusión de la cocina mexicana tradicional y patrimonial. Varias décadas de trabajo, varios libros publicados en distintos idiomas, programas de televisión exitosos e infinitas participaciones en congresos le confirman como una de las grandes damas de la gastronomía nacional. Es formadora de otros profesionales y maestra indirecta de varias generaciones -por no decir que de todas- y su alcance podría decirse que no tiene fin.
Personalmente, la considero una de mis amistades transgeneracionales más cercanas y probablemente con las que en poquísimas horas de convivencia los lazos amistosos se tejieron sólidamente tras densas conversaciones de nuestros orígenes, las relaciones personales, los amores exitosos y fallidos, acaecidos y por venir.
“Nos vemos para que me cuentes cómo va el coranzoncito”, me dijo antes de marcharse del desayuno que precedió a una noche llena de vítores, reconocimientos y abrazos en su honor en la cena de gala organizada por el chef Aaron Chávez como su último acto oficial como presidente del Capítulo Querétaro de Vatel Club México.
Si bien mi unión con Margarita es intermitente y hasta distante en espacio y tiempo, esa última frase confirma que la sinceridad es mutua. Porque la amistad en generaciones distintas es posible, afirma Aristóteles, por el hecho de que ambos se benefician, uno de la experiencia y otro de la juventud, y en esa fórmula de conveniencia se establece el verdadero valor de la transmisión de la sabiduría colectiva. Una amistad que trasciende formas físicas porque su sustento es el bien colectivo; una amistad aristotélica en regla.
Amistad es liderazgo
Tengo la fortuna de conservar varios conocidos universitarios respetables y otros indeseables, pero unos pocos de los que me siento orgulloso decir que son mis amigos. Toca hablar de Juan Alfredo del Río Gallardo, licenciado en gastronomía por la Universidad del Claustro de Sor Juana, y desde hace varios años director académico de IGES Universidad en Querétaro. Un hombre mesurado -muy diferente a mí pero de ahí un hilo sólido de nuestra amistad- inteligente y previsor. Su liderazgo es innegable en su institución, pero también en la industria gastronómica del estado que ya lo adoptó como suyo. Y después del 24 de octubre de 2024, es la definición por excelencia del queretano responsable y exitoso que le toca definir líneas de acción para propios, ajenos, adoptados y encaminados a ser de esa entidad.
Desde ese día -enmarcado por la celebración a Margarita Carrillo- se convirtió en el nuevo presidente de Vatel Club Capítulo Querétaro. Una responsabilidad que deja muy en alto el saliente presidente, y que gracias al trabajo hecho en diversos frentes públicos y privados pretende hacer de dicha región un ejemplo de turismo, gastronomía e industria bien organizadas. Enhorabuena querido amigo; felicidades admirado presidente. Es momento de trabajar con responsabilidad por aquellos que te brindan su credibilidad y conveniencia para llevar a Querétaro a niveles nunca vistos. Estoy seguro que lo lograrás; cuenta conmigo para ello.
Amistad es visión
Puedo jactarme que no tengo amigos tontos. En el sentido aristotélico quiere decir que no soy tonto, y por ello ni busco ni me relaciono con gente así. Carlos García es un cocinero potosino con visión amplia y de largo plazo, desde hace tiempo encabeza la muy exitosa Microcervecería La Legendaria y su necesidad profesional lo ha llevado a construir proyectos filantrópicos como 100 platillos 100 sonrisas, y una serie de actividades lúdicas como el Oktoberfest y otros festivales. Hoy dirige los esfuerzos para revivir la cofradía de cocineros de Vatel Club en dicha entidad, y se perfila para construir un plan de trabajo ejemplar en el que los miembros de la industria encuentren nuevamente el cause que alguna vez tuvieron. Mis mejores deseos y todo el apoyo para García en estos emprendimientos. La amistad es un regalo de visión y fuerza que otros tienen y que en conjunto crece. Gracias por compartirla.
Lalo Plascencia
Chef e investigador gastronómico mexicano. Fundador de CIGMexico y del Sexto Sabor. Formador de 2,500 profesionales en 11 años de carrera. Sígueme en instagram@laloplascencia