Valeria AZUARA SÁNCHEZ*

XALAPA, VER.- En el sur del mundo habitan las y los mapuche, un pueblo originario que se asienta en diversos lugares de Argentina y Chile. Sin embargo, en la presente columna, nos enfocaremos en el llamado Territorio Wallmapu, que es más conocido como La región de la Araucanía en el sur de Chile. Es una zona especialmente significativa para las y los mapuche. Se extiende por el centro-sur de Chile, abarcando una gran parte de la cordillera de los Andes, la cual, llega hasta la costa del océano Pacífico. Esta región, es rica en recursos naturales, incluyendo volcanes, ríos, lagos y bosques, los cuales, han sido parte esencial de la vida y la cultura mapuche durante siglos, lo que, a su vez, ha jugado un papel importante en los procesos de configuración e identificación social de ese pueblo indígena.

Figura 1. Trutuka

A través de los años, las y los mapuche han defendido su tierra y su cultura, luchando por su autonomía y su reconocimiento como pueblo originario. Por ejemplo, resistieron los procesos de dominación derivados de la colonización española en el siglo XVI y han enfrentado la expansión homogeneizadora del Estado chileno en tiempos más recientes. Esta resistencia, las y los ha llevado, a conflictos históricos y a una lucha por el reconocimiento de sus derechos territoriales y culturales.

Cabe mencionar, que las y los Mapuche, son uno de los pueblos indígenas más antiguos y numerosos de América del Sur. Sin embargo, ustedes, lectores y lectoras de la Revista Mujeres Shaíque, se preguntarán lo siguiente: ¿Qué significa la palabra MAPUCHE? GENTE DE LA TIERRA en su lengua nativa, el mapudungun. La lengua mapudungun también ha sido una parte crucial en la configuración de sus identidades, ya que la denominan como LA LENGUA DE LA MADRE TIERRA. Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, ya que ha enfrentado amenazas de extinción, por ende, las y los mapuche han trabajado arduamente para preservarla y revitalizarla. Hoy en día, numerosos colegios interculturales enseñan mapudungun como parte de una estrategia que tiene como fin fortalecer su identidad, pero, sobre todo, el vínculo con la siguiente tríada: historia, tradiciones y costumbres.

Pero, ¿por qué me interesa tanto el mundo de las y los mapuche?

Mi nombre es Valeria, soy estudiante de Facultad de Sociología de la UV y llevé a cabo una estancia en la Universidad Católica de Temuco, en Chile, de marzo a julio, durante la cual, tuve la oportunidad de conocer y adentrarme al MUNDO DE LA VIDA -como dijo en alguna ocasión el sociólogo fenomenológico Alfred Schütz- de la comuna Padre de las Casas. Cabe mencionar que, durante mi estancia, se llevó a cabo una celebración llamada Wetripantu, que significa AÑO NUEVO y la encargada de dirigir dicha ceremonia -que, en términos sociológicos y antropológicos, podríamos denominar rituales o performances- fue la Machi del colegio.

Pero, queridos lectoras y lectores, ¡ya sé! ¡ya sé! Ahora, se estarán preguntando esto: ¿qué son Las Machi?

Son figuras centrales y respetadas en la cultura mapuche de Chile. Son lideresas espirituales y sanadoras, que tienen la responsabilidad de mantener el equilibrio y la armonía entre dos mundos: EL ESPIRITUAL Y EL TERRENAL. Las Machi tienen el poder de comunicarse con los espíritus y de realizar ceremonias y rituales para sanar a las personas y a la comunidad en su conjunto. Además, tienen conocimientos ancestrales sobre plantas medicinales y consejos prácticos para el bienestar físico y emocional. En pocas palabras, Las Machi desempeñan un papel crucial en la preservación de la cosmovisión y tradiciones de este pueblo originario de Chile, así como también, su rol es determinante en la configuración de procesos identitarios, que se traducen a su vez, en una lógica de resistencia cultural de las y los Mapuche.

Veremos entonces, que las y los Mapuche forman parte de eso que denominamos la diversidad cultural, la cual, sin duda alguna, tiene implicaciones sociales y en algunos casos, tales como los indígenas Mapuche, se convierte en un posicionamiento político que define sus procesos de resistencia ante los embates de la homogeneización social, política, económica y cultural que busca descaracterizarlos y descaracterizarlas. Por ende, lectores y lectoras, en este caso particular, es importante resaltar que lo político está estrechamente relacionado con la problemática del conflicto entre el Estado chileno y el pueblo Mapuche, ya que, debido a la perspectiva desarrollista del Estado, que incluye aspectos como la educación y otras ramas del desarrollo, existe una falta de coincidencia entre esta perspectiva y la cosmovisión de estos indígenas. Por lo tanto, es crucial tener en cuenta que esta relación ha experimentado cambios culturales significativos a lo largo de la historia, los cuales, en muchos casos, han generado procesos de violencia, dominación y sometimiento entre el pueblo Mapuche.

Es decir, la relación entre el Estado y el pueblo Mapuche ha sido históricamente conflictiva. Por otra parte, la imposición de la cultura y costumbres españolas ha llevado a una pérdida de identidad y autonomía para esta comunidad indígena. En este contexto, la diversidad cultural adquiere una dimensión política aún más relevante, pues, para el Estado chileno, la cosmovisión y las prácticas culturales del pueblo Mapuche son consideradas una amenaza, ya que la diversidad cultural de este pueblo ha sido entendida por el Estado como parte de un obstáculo para la implementación de políticas públicas y proyectos de desarrollo. De tal forma, a lo largo de la historia, el Estado chileno ha intentado asimilar y marginalizar al pueblo Mapuche, lo que, a su vez, se ha traducido en la expropiación de tierras, la represión de su cultura y la negación de sus derechos sociales, políticos y culturales. Sin embargo, a pesar de estos intentos de asimilación, el pueblo Mapuche ha resistido y ha luchado por la preservación de su identidad y autonomía.

En los últimos años, han existido avances significativos en el reconocimiento de los derechos del pueblo Mapuche, entre ellos, la promulgación de la Ley Indígena en 1993 y la creación del Consejo de Pueblos Indígenas en 1999. Sin embargo, gran parte de estas políticas han sido insuficientes y han generado tensiones en lugar de promover una verdadera inclusión y respeto por la diversidad cultural.

Pero, a todo esto, ¿qué ocurre con las estudiantes mujeres de origen mapuche?

Figura 2. Triwe

La incorporación de estudiantes indígenas en la educación superior en Chile, especialmente en el contexto mapuche en La Araucanía, ha sido posible gracias a la capacidad de la región para reconocer y valorar la diversidad social y cultural que se experimenta en su territorio. En esta región, coexisten diferentes lenguas indígenas y extranjeras debido a la presencia de personas inmigrantes, quienes interactúan activamente en la sociedad actual. El fomento de la diversidad cultural es crucial para el enriquecimiento y el desarrollo de una sociedad, por ello, en el caso de la educación superior, la inclusión de estudiantes indígenas ha permitido romper con las barreras históricas que han excluido a estos grupos de acceder a oportunidades educativas de calidad. Es a través de este acceso a la educación superior que se abre la puerta para el fortalecimiento y la revalorización de las culturas ancestrales y tradiciones mapuches, así como también, para la promoción de la interculturalidad y el respeto hacia las diferencias, pero, sobre todo, la reivindicación de las alteridades.

La presencia de mujeres mapuche en las instituciones de educación superior en Chile es un logro significativo, considerando los desafíos y dificultades que ellas enfrentan en un contexto socioeducativo -altamente racista y patriarcal- que ha tendido a invisibilizar y marginar su participación. Estas mujeres rompen estereotipos y demuestran que la comunidad mapuche tiene mucho que aportar al interior del ámbito científico, académico y profesional. Además, no debemos olvidar que la incorporación de mujeres mapuche en la educación superior es un proceso que implica un cambio en la visión de la sociedad hacia estas mujeres y hacia el pueblo mapuche en general. Se trata de reconocer su conocimiento ancestral y su aporte a la construcción de una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad. Es a través de la educación superior que se puede avanzar en la superación de las desigualdades históricas y en la construcción de una sociedad más justa.

Figura 3. Newen

El desafío ahora es asegurarse de lograr que estas mujeres mapuches tengan acceso a condiciones adecuadas para su desarrollo académico y personal al interior de la educación superior. Esto implica garantizar becas y programas de apoyo que consideren las particularidades de su contexto y cultura. De igual manera, es importante promover espacios de encuentro y de diálogo intercultural, donde se puedan compartir emociones, sentimientos, saberes, conocimientos y experiencias entre la comunidad académica y el pueblo mapuche.

Desde mi punto de vista, la incorporación de las mujeres mapuche en la educación superior en Chile representa un avance significativo en términos de inclusión y reconocimiento de la diversidad cultural y ancestral, ya que estas mujeres representan un ejemplo de esfuerzo, perseverancia y valentía, y su participación en la academia contribuye a la construcción de una sociedad más plural y justa. Por lo tanto, es fundamental seguir promoviendo políticas y acciones públicas que garanticen el acceso y la permanencia de estas mujeres en la educación superior, así como también, el respeto y la valoración de su cultura y conocimientos, pues, sólo a través de este compromiso podremos avanzar hacia una sociedad más igualitaria y equitativa para todas y todos, tal y como lo dijo -algún día- en México una integrante del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, la Comandanta Ramona:

¡Quiero que todas las mujeres despierten y siembren en su corazón la necesidad de organizarse!

Figura 4. Comandanta Ramona

 

 

* Estudiante de séptimo semestre de la Facultad de Sociología de la UV. Estancia académica en la Universidad Católica de Temuco (Marzo – Julio 2023). Becaria en el proyecto Conacyth: “Educación ambiental y movimientos socioambientales, vínculos y aprendizaje”.

 

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