El lugar donde nació Angela Davis le llamaban Dynamite Hill, o “colina dinamita”; eran los años cuarenta en Alabama, Estados Unidos, tiempos de segregación racial, y las casas de los afroamericanos como ella eran voladas por el Ku Klux Klan.
Mujeres Bacanas
José Carlos López Hernández
Desde que tuve la oportunidad de conocer la obra de Angela Davis me percaté de la importancia que tiene el aprender a identificar la compleja relación entre el capitalismo y el género a partir del reconocimiento de la existencia de múltiples dispositivos de disciplinamiento, vigilancia, control, opresión y discriminación, dispositivos que, a su vez, producen y reproducen desigualdades sistémico-estructurales que se derivan de la raza, la clase social, la orientación sexual, etc. Por lo anterior, es tan vigente el pensamiento y la acción de la filósofa, política marxista, activista afrodescendiente y profesora del Departamento de Historia de la Conciencia en la Universidad de California, Santa Cruz: Angela Davis.
¿Quién es Angela Davis?
La investigadora Ruth A. Dávila Figueroa (2022) nos dice que Davis es una mujer que nació en 1944, en el seno de una familia afroamericana en Birmingham, Alabama, Estados Unidos. Desde muy temprana edad vivió los estragos de la segregación racial sistémico-estructural en Estados Unidos, pero también, los procesos de resistencia ante dicha situación. Esos dos elementos, desde mi punto de vista, después se volverán piezas claves en la construcción del pensamiento y la acción de esta mujer.
Davis, es una filósofa que se formó académicamente -desde la adolescencia- en una secundaria con tendencias de izquierda y radicales. Más tarde, en el año de 1965 se graduó de Brandeis University, para después, estudiar filosofía en la Universidad J. W. Goethe, en Alemania Occidental, lugar donde entró en contacto con el pensamiento marxista.
Por otra parte, Dávila (2022) hace una anotación muy importante sobre la vida de Davis, pues, considera trascendental resaltar que el desarrollo académico que tuvo esta mujer entre Massachusetts y la Sorbona de Paris le permitió construir una articulación de ideas entre el anticolonialismo, la teoría crítica y la reformulación del marxismo, particularmente, la propuesta de autores de la escuela de Frankfurt de la talla de Marcuse, Adorno y Habermas. Pero también, Davis es considerada una de las máximas representantes de la lucha por los derechos humanos y contra los procesos de discriminación racial, al grado que, para el año de 1969, le fue arrebatada su plaza de profesora asistente de filosofía de la Universidad de California debido a su participación en organizaciones políticas como las Panteras Negras y el Partido Comunista en Estados Unidos.
Su pensamiento y acción conviven con disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades como la filosofía, la historia, la sociología, la ciencia política, la antropología, la criminología, ciencias que ha sabido conjugar y relacionar con acciones de resistencia, muestra de ello, en 2006 le fue entregado el premio Thomas Merton por sus múltiples luchas por la justicia y para el 2014, se le hace entrega del doctorado Honoris Causa de la Universidad de Nanterre, Francia.
Como podrán notar, la trayectoria de Davis muestra una radicalidad crítico-marxista, pero también, un espíritu de lucha y resistencia que la hace empatizar del lado de las y los oprimidos por cuestiones de raza, clase social, género, etc. Por ello, lectoras y lectores de la Revista Mujeres Shaíque, las y los invito a observar cómo esta filósofa encarna una relación, hoy en día, difusa, en algunos casos, ausente: la correspondencia entre el decir y el hacer.
También, me apoyo de Dávila (2022), para expresar que Davis sintetiza un decir y hacer revolucionario que nos permite pensar la interconexión de las luchas contra el racismo, el colonialismo, el imperialismo, la transfobia, la homofobia, el apartheid y la ocupación de Palestina como parte de un conjunto de resistencias que mantienen algo en común: la rebeldía contra el capitalismo como sistema.
En ese sentido, veremos que la correspondencia entre el decir y el hacer de Davis nos dirige a la perspectiva del feminismo abolicionista y la libertad como uno de sus elementos centrales, pero, sobre todo, la posibilidad de aprender a observar a un grupo de mujeres olvidades: las mujeres de los centros penitenciarios. Es decir, ese feminismo abolicionista centrado en la libertad también juega un papel preponderante en la construcción de espacios políticos que reivindiquen los mundos de vida de mujeres que experimentan exclusiones sistémico-estructurales que resuenan con mayor potencia en los centros penitenciarios.
No obstante, ¿cuál es la vía?
Angela Davis observa en la filosofía un camino, es decir, la filosofía le abrió la puerta al feminismo marxista, un feminismo que apela a un contrapoder por medio de la resistencia, al grado, de renovar la geopolítica del pensar hegemónico y establecido. De tal modo, veremos que que la vida de Angela Davis ha sido parte de resonancias entre el pensamiento y la acción, por ende, apoyándonos de Arufe (2021), diremos que esta mujer es clave en los procesos de lucha feminista de corte antirracista y clasista en los Estadios Unidos, ya que es una activista política de los años 70 llena de experiencias intelectuales y acciones en organizaciones de gran trascendencia como Che-Lumumba Club, Panteras Negras, Partido Comunista, organizaciones, que no debemos olvidar que durante esos momentos históricos estaban integradas en su mayoría por hombres.
En ese marco, cabe resaltar que esta mujer:
[…] tuvo que hacer frente al sexismo presente dentro del movimiento, que no veía con buenos ojos que las mujeres pudiesen tomar decisiones, y mucho menos liderar el movimiento. Para Davis «las mujeres siempre han sido la columna vertebral del movimiento de justicia social» […] (Arufe, 2021, párr. 4)
Ante ese panorama, es importante señalar que si pretendemos acercarnos a la vida y obra de Davis es necesario conocer su contexto y trayectoria de resistencia, por ejemplo, el contexto de discriminación racial que ha vivido y su injusta detención, encarcelamiento y condena de pena de muerte en 1972, ya que fue acusada de contrabando de un arma que después estuvo implicada en el homicidio en una cárcel. Por un tiempo corto, Davis se fue a la fuga, pero, el sistema estadounidense a través de uno de sus dispositivos de disciplinamiento, vigilancia y control por excelencia, el FBI, la caracterizó como una de las criminales más buscadas en Estados Unidos, lo que condujo, a su captura en un motel.
El sitio Mujeres Bacanas (s.f.), nos dice que Davis estuvo esperando su juicio, aproximadamente, 16 meses en la cárcel, lo que, a su vez, produjo una serie de acciones colectivas y protestas que generaron una campaña internacional bajo la consigna: Free Angela. Estando en la cárcel, Davis siguió con un activismo político que denunciaba desigualdades sistémico-estructurales, tales como: las condiciones infrahumanas en las que estaban las personas privadas de su libertad. Mujeres Bacanas (s.f.) nos dice que el activismo político de Davis en la cárcel le permitió escribir el libro If They Come in the Morning: Voices of Resistance y también nos precisa que fue declarada inocente y absuelta de múltiples cargos que le fueron imputados, tales como: asesinato y secuestro.
Lo anterior, nos proporciona las coordenadas históricas para vislumbrar porque Davis ha centrado parte de sus reflexiones y acciones en torno al sistema penitenciario estadounidense. Es decir, esta mujer se mantiene “[…] exigiendo una mejora de sus condiciones y tildando a la institución penitenciaria de «racista, no solo porque se dirige de manera desproporcionada contra personas negras y de color, sino que además es una institución heredada de la esclavitud»” (Arufe, 2021, párr. 7). Por otra parte, diremos que la vida de Davis nos ayuda a observar con otros ojos el vínculo trilógico entre la esclavitud, el racismo y las mujeres afrodescendientes, por ello, me gustaría invitarlas e invitarlos a revisar el libro titulado Autobiografía. Angela Davis, puesto que a través de dicho texto advertirán la importancia que cobra el sentido de comunidad para esta filósofa-activista.
Por ejemplo, en su autobiografía, Davis (2016) nos comparte lo siguiente:
El único acontecimiento extraordinario de mi vida no tuvo nada que ver conmigo en cuanto que individuo; con un pequeño giro de la historia, otra hermana o hermano mío habría podido convertirse en el preso político al que millones de personas del mundo entero rescataron de la persecución y la muerte. (p. 23)
Es evidente, Davis (2016) sabía que el movimiento popular al que pertenecía estaba por encima de su historia o aventura personal, lo que, a su vez, es una evidencia del sentido de pertenencia que esta mujer tiene para con su comunidad, producto, de múltiples luchas contra la pobreza y el racismo en los años 70. Siguiendo esa línea, es nodal señalar que Davis se ha unido a una serie de acciones colectivas, protestas y movimientos sociales que han formado parte del abanico de luchas encabezadas por las y los oprimidos.
En pocas palabras, esta columna que comparto para ustedes busca reforzar -a partir del posicionamiento ético-político de Davis- la lucha antirracista y de los derechos civiles y los derechos penitenciarios. También, la columna busca mostrar que el pensamiento y la acción de esta filósofa feminista marxista es elemental para comprender la importancia de la interseccionalidad como pieza que abona a la comprensión de la lucha de las mujeres afrodescendientes. Por lo tanto, apoyándome de Dávila (2022), diremos que la obra de Davis es un recordatorio para pensar y repensar la esclavitud y la multiplicidad de mecanismos de disciplinamiento, vigilancia y control social, la lucha de las mujeres y su entrecruzamiento con otras luchas por la emancipación y la interseccionalidad como procedimiento de análisis y acción al interior del rompecabezas de los dispositivos de opresión social.
* Egresado y docente de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana. Integrante del Comité Editorial de Sociogénesis. Integrante del Consejo Editorial de la Biblioteca Digital de Humanidades. Docente invitado de la Universidad Pedagógica Veracruzana.