Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR
Fotografías: Manuel Jiménez
Locación: Taller-estudio Alonso Chávez
Hablar de artistas jóvenes, lleva a pensar en el tan gastado título de «artistas emergentes», pero más allá de encasillar el ímpetu de la nueva ola de artistas oaxaqueños, es innegable el ruido y la atención que han generado por sus propuestas artísticas más allá de su edad o trayectoria.
Alonso Chávez tiene 26 años y su nombre empieza a resonar en la escena del arte oaxaqueño por su estética, propuesta artística, con expresión y dinamismo interesante del arte contemporáneo, donde el hilo conductor es pintar lo que lo hace sentir libre.
Mi personalidad es introvertida y soy una persona reservada, me cuesta hablar con las personas, pero desde niño, encontré en el dibujo mi forma de expresión; recuerdo que siempre dibujaba en mis libretas máscaras de luchadores y uniformes de fútbol porque son algo que siempre me ha gustado. Inclusive, cuando íbamos al templo -mi familia es muy religiosa- terminaba rayando los cuadernillos de la iglesia, afortunadamente nunca me coartaron la inquietud por el dibujo. Mi acercamiento a las artes fue muy natural así como poder expresarme de manera gráfica.
Encontrar su vocación de vida lo puso en disyuntiva entre la música y la pintura, dos de sus grandes pasiones que lo llevaron a estudiar en el CEDART Miguel Cabrera. Ahí, con sinceridad, asume que no era tan buen músico y que el contacto con otros jóvenes pintores despertó la curiosidad de explorar su lado artístico.
En el 2012 entré al CEDART Miguel Cabrera con la intención de ser músico -tocaba guitarra y un poco de piano-, pero desde el primer año no solo llevé música, sino también todas las artes: teatro, danza y literatura. En el segundo año, te hacen elegir una especialidad y mi elección giraba en torno a la música o artes plásticas, siendo sincero conmigo mismo, nunca fui muy buen músico. Aparte de tener amigos en el medio de la música –fueron pocos- tuve la fortuna de conocer y reunirme con personas que compartían una inquietud por las artes plásticas; eso influyó mucho porque me sentía más cómodo, más identificado en este ambiente.
Tenía 15 años y debía tomar una decisión entre ambas disciplinas, esto me hizo entrar en un punto de mucho estrés, pero al final la elección fue clara, elegí las artes plásticas, decisión que repercutiría para siempre en mi vida. Esta situación me permitió tener acercamiento con varios maestros de los que fui aprendiendo no solo en lo académico, dos de ellos grandes referentes de la plástica oaxaqueña: Cecilio Sánchez y Fernando Olivera q. e. p. d. Ellos, me permitieron conocer su taller y adentrarme en el trabajo de un artista.
Al egresar de la escuela, conocí la cerámica y estuve aprendiendo a trabajarla con el maestro Claudio Jerónimo en el Taller Canela; esa experiencia fue un acercamiento muy interesante con otro aspecto del mundo de las artes, me abrió los ojos al trabajo consolidado de ceramistas y artistas haciendo cerámica en Oaxaca. Aprendí cómo es el medio artístico, como se desarrollan en su trabajo, los retos a los que se enfrentan y los aciertos que tienen. Esto me permitió darme a la idea del rumbo que debía tomar, encontrar un estilo y un lenguaje, trabajar en él y desarrollarlo.
En el medio artístico hay una constante de que los artistas jóvenes surjan de haber trabajado para otros artistas con mayor experiencia, siendo estos, su primer acercamiento a las artes. En mi caso me considero un hijo del internet, ya que antes de visitar talleres y conocer más del medio artístico, mi inquietud me llevo a buscar y aprender sobre artistas de otros lugares, así como técnicas las cuales adaptaba a mi necesidad creativa.
Mi generación es de las primeras en ocupar el internet como una herramienta real, nos permite saber que sucede en otras partes del mundo, inspirarnos viendo el trabajo de artistas nacionales y extranjeros casi al momento, es un cambio bien importante, ya no tenemos que esperar a que salga el libro o visitar otro país para saber que se hace en el arte en el mundo. No digo que no sea importante leer o viajar, hablo de que es una herramienta que nos abre los ojos a un panorama más amplio.
El continuo desarrollo de mi estilo y lenguaje tiene mucha influencia en mi entorno, el trabajo de los artistas depende del contexto en el que se desarrollan, vivir en un ambiente rural-urbano me permite tener un acercamiento directo con mi comunidad y también con la diversidad de ecosistemas de las que me encuentro rodeado, la flora y la fauna influye en mí y en mi trabajo.
Soy afortunado de despertar en un ambiente en contacto con la naturaleza, de ver las montañas y las aves, eso me llama a pintar.
A pesar de su juventud, el crecimiento y exposición que ha tenido su obra Alonso Chávez, reconoce que el camino no ha sido fácil
Desarrollarte en el arte sin tener al inicio dinero o contactos, es complicado; nunca he sido de una familia de muchos recursos económicos, me ha costado mucho trabajo esa parte. Al inicio, solventaba mis estudios vendiendo unos panecillos rellenos en la escuela y lo continué haciendo al terminar de estudiar. Es por esto que logro conseguir un poco de material, pintura y unos cuantos bastidores.
Cuando comencé a mostrar mi obra, me llenó de alegría ver la buena aceptación del público, al final es importante ver como otras personas dialogan con tu trabajo. Esta buena respuesta me llevo a tener acercamiento con algunas galerías que se han interesado en promover mi trabajo y acercarlo a más personas.
Reconozco que es un recorrido complicado para los artistas jóvenes porque muchos corredores de arte ya tienen a sus artistas top a los que les dan la importancia y difusión necesaria dejando a los artistas jóvenes rezagados.
El tema de las aves puede ser continuamente reinventado como algo completamente nuevo y eso puedes apreciar en la obra de Alonso Chávez.
Pinto animales, jaguares, tlacuaches, ajolotes, tigres, etc. Pero las aves son el tema principal en mi obra. Pintarlas nace de la fascinación que siento por la complejidad y destreza que tienen en su vuelo; ¡me encantaron y me enamoré de ellas! Comencé inspirándome en sus colores y formas, pero con el paso del tiempo he ido investigando y aprendiendo; hábitats, alimentación, taxonomía, etc.
El crecimiento más vertiginoso de mi carrera hasta el momento se da a partir de ganar un concurso de Día de Muertos en 2016; esto me motiva y me brinda recursos para invertir en hacer unos cuadros en formatos más grandes, en 2017 me empiezan a invitar a diversas exposiciones colectivas. El hotel donde gané el concurso me invita a tener una exposición individual y justo después, se da la oportunidad de tener una exposición en el Senado de la República.
¡Creció mi carrera en ese año de 0 a 100! Fue muy rápido, en ese punto se disolvió cualquier duda que tenía todavía sobre si dedicarme de lleno a esto o buscar otro camino.
¿Para quién pinta Alonso Chávez?
Pinto para mí, buscó lo que me gustaría ver en un cuadro, con qué colores o composición, entre otros elementos, y pienso “si lo hago de esta forma, se vería cabrón y expresaría esta energía que tengo; ¡me encanta!”
Siempre busco emocionarme con mi obra. Hay veces que estoy muy inquieto porque el cuadro no va resultando como lo planee en un inicio, hay que estar siempre abierto a lo que te va pidiendo la pintura, a veces resulta mejor, a veces peor, pero es parte del proceso. Hay muchos cuadros que me encantan, que a la gente no le gustan y no se han vendido, pero para mí son espectaculares y a veces hay cuadros a los que no puedo hacerles algo más para cambiarlos porque solo embarraría pintura y gastaría material; curiosamente, a veces son los primeros que se venden, pero bueno, cada quien se siente identificado de manera distinta con cada cuadro.
Mi objetivo es pintar, divertirme haciéndolo y sacar todo lo que traigo dentro. Mi mayor goce, ver un cuadro terminado y decir, “no puedo creer que yo haya hecho esto, ¡increíble!”
¿Y pinturas o murales por encargo?
Muy pocas veces trabajo por encargo, la verdad no me gusta, me cuesta mucho trabajar sin libertad; mi avance es muy lento y el proceso difícil para mí. Cuando acepto un encargo trato desde un inicio ser muy claro en que me es complicado que me impongan los elementos que debe contener mi obra.
¡Por supuesto parto de la idea del cliente para realizar el boceto y si lo aprueba, adelante!, pero si no, prefiero no realizarlo.
Tampoco tengo exclusividad con alguna galería o corredor de arte porque considero que la libertad en todos los aspectos es muy importante y ello lo refleja mi obra: le doy mucha importancia a que las aves se vean libres.
¿Te consideras un pintor, artista visual o maestro?
Pintor con facetas de escultor. ¡Me encanta la cerámica y la escultura!, pero por cuestiones económicas -es difícil la inversión, vender las piezas, moverlas- cuando puedo lo hago, pero soy un pintor.
Es un conflicto el si eres artista o no, si tienes una propuesta real o no, que donde se ha mostrado tu trabajo, que donde aprendiste, entre otras cosas, es un tema complicado en el que no quisiera ahondar bastante. Cuando te llaman maestro, siempre me pregunto ¿qué enseñó para que me llamen así? Tampoco tengo una maestría para tener ese título. He tenido algunos ayudantes y uno de ellos, comenzó a pintar, a salir adelante y me dijo que fue porque yo le enseñé; le contesté que no tengo una fórmula a seguir, que mucho de lo que hacemos ha sido improvisando y para improvisar cada quien tiene elementos distintos para tomar decisiones, para montar una exposición o resolver un cuadro.
En este medio, todos te dicen maestro desde que empiezas a pintar y bueno, no me voy a poner a explicarles a toda mi postura sobre esto, pero se tolera.
Trazos de Retal es la más reciente obra en la que Alonso Chávez experimenta con las texturas que pueden brindarle objetos como botas, playeras, sombreros, entre otros.
En esa búsqueda continua de experimentación, buscando nuevas texturas para mis cuadros, corté un sombrero y al colocarlo en el lienzo, me gustó lo que le brindó a la pieza, seguí con una playera y otras prendas; me di cuenta que la ropa expresa cosas, que tiene historia y forma parte importante de tu personalidad. En esta serie las prendas enriquecen la obra, le dan carácter y aportan parte de sí.
Reencuentro en el Cazahuate
Me contactaron con el interés de renovar la fachada del edificio Alcalá, investigué cuál era y pensé en un inicio que era una broma. Recuerdo cuando estaba en el bachillerato y pasaba por el andador turístico para ir al IAGO e imaginaba pintar alguno de los muros del centro. Me reuní con quienes me buscaron y me pidieron que expresara ciertas ideas. Elaboré una propuesta en base a lo solicitado.
Hacer el mural fue una experiencia muy gratificante, al inicio me sentí temeroso, no soy muralista y tenia que resolver este trabajo. Al ser un espacio publico donde pasan miles de personas, la obra esta expuesta a la critica de todos, pensaba en que si algo salía mal tendría que afrontar el rechazo del público. Afortunadamente todo salió bien y tuvo muy buena aceptación, mas de lo que yo esperaba, fue muy reconfortante estar pintando y ver la fascinación de la gente. Cuando paso por ahí y veo a las personas sorprenderse y tomándose fotos me hace saber porque hago lo que hago.
Busqué representar en este mural titulado Reencuentro en el Cazahuate, el final de la pandemia: las aves son dos colibríes, uno el Miahuatleco endémico de Oaxaca y el otro Garganta Rubí – es migratorio- simbolizando la limitante de viajar y tener contacto físico que la pandemia nos trajo. Por eso, el beso entre los dos colibríes que se contrapone a todo lo que no se podía realizar durante la pandemia. Los colibríes tienen una connotación mística asociada a la vida después de la muerte, desafortunadamente, muchas personas fallecieron sin poder despedirse de sus seres queridos. Este mural tiene la intención de brindar consuelo, valorar que podemos volver a abrazarnos y reunirnos una vez más. Como lo mencionan en una de mis películas favoritas “interestelar” que dice “el amor es lo único que puede trascender el tiempo y espacio”
Los dos colibríes vuelan sobre las flores blancas del cazahuate, árbol nativo del centro y sur de México, esto representa el lugar en el que nos encontramos.
El mural lo realice en una semana, con ayuda de un amigo “Johnnie Daners” quien también se dedica a las artes plásticas, ya que solo, no habría podido pintarlo.
Agradezco el buen recibimiento que tuvo entre el público que sigue etiquetándome en sus historias de Instagram y las fotografías que se toman.
Hay que seguirle la pista a Alonso Chávez, una joven promesa del arte mexicano quien próximamente estrenará un documental acerca del proceso creativo que conlleva generar una exposición.