Milka IBÁÑEZ*
CDMX.- Las vacaciones de Calum y su hija, son las vacaciones que muchos niños y niñas de los 90s vivimos. Sitúen su mente en esa década, el boom de los hoteles all inclusive, donde hacen shows distintos cada noche, donde cada año vas al mismo lugar y sabes puntualmente qué juego, qué karaoke y qué día lo harás, y que cada verano es muy predecible. Pero hoy quizá es diferente para ti, porque has crecido, vas abriendo tu visión para ver los detalles que pasan a tu alrededor, ya no eres la niña del verano pasado, vas madurando y quitando las capas de esas imágenes. Eso es Aftersun, una película que vas descubriendo más y más cada que la piensas.
Esta joya nos habla de las vacaciones de Sophie, una niña de 11 años y su padre Calum, al que solo ve de vez en cuando. Tienen una relación hermosa, él es un padre joven y divertido que quiere darle el mejor momento de su vida a su hija; se esfuerza porque ella no sepa la cantidad de conflictos internos que él tiene. El tratamiento visual en esta película es sutil, entre vídeos VHS, fotos descoloridas, nos muestran su vida y lo idílico de las vacaciones. Como espectadora, me hizo sentir como su estuviera espiando a esta dupla, viendo cómo ella empieza a despertar como adolescente, el querer ser una niña más grande, el primer amor de verano, el ver las diferencias con otros huéspedes.
Al crecer Sophie, tiene que vivir con el recuerdo de un padre que lucho por darle todo y que quizá no era el hombre fuerte que él quiso mostrarle. Él, un padre que lo único que tiene claro en la vida es darle la mejor experiencia a la única persona que realmente le importa en el mundo.
Pocas películas he visto que hablen sobre una relación “linda” entre padre e hija. Quizá en lo personal por el escenario, por la época, me sentí aún más allegada a la historia, pero en realidad siempre pensamos que nuestros padres son personas fuertes; los padres amorosos hacen todo por demostrar que están bien, pero nunca sabemos el esfuerzo económico y emocional que conlleva el mantener esa figura, y conforme vamos creciendo, vamos desmenuzando y agradeciendo cada esfuerzo. A simple vista, de manera superflua puede parecer una película sencilla, pero es de esas películas que vas reflexionando y encontrando más simbologías que te llevan a analizar cada detalle de esa relación, cada momento que es entrañable.
El diseño de producción de la época en conjunto con la música, van guiando la historia, música electrónica que demuestra el caos interior de una Sophie adulta, que vive con el recuerdo de esas vacaciones, y el baile ridículo de un padre que se esfuerza por ser gracioso, mientras el mundo se derrumba.
Las actuaciones de Paul Mescal y Frankie Corio, son brutales y causaron furor en mundo del cine, volviendo la cinta una de las más representativas de estos años. En conjunto, es una hermosa y triste historia, con aspectos técnicos muy bien pensados para que tengan un peso dramático, no sólo que vea bella, te hace sentir el amor.
Aftersun, de la directora Charlotte Wells, es de lo que más me ha movido el corazón, que me ha hecho apreciar cada momento con mi padre y admirarlo cada día más, que habrá ratos en los que se pondrá difícil, pero acá estaremos siempre unidos porque somos equipo, familia y aunque la presión siempre estará, también estaremos juntos. Dedicado a mi querido padre.
Y después de ponerme sentimental, les invito a que vean esta hermosa película, la sientan, la platiquen y la reflexionen. La pueden encontrar en la plataforma MUBI, que por cierto está con una súper promoción y tiene joyas del cine de arte que no se pueden perder.
*Comunicación y Relaciones Públicas. Directora General 24 Risas por Segundo, Festival de Cine y Comedia.