Alrededor de 4 mil campesinos diseminados en la región istmeña, padecen los estragos de los malos resultados durante la siembre de semillas de productos básicos como el maíz, frijol y sorgo.
El labriego Víctor Manuel Ramírez, campesino oriundo de la comunidad de San Blas Atempa y dedicado desde hace mucho tiempo a la siembra de productos básicos, detalló que durante esta temporada, los embates de la madre naturaleza afectaron severamente los distintos cultivos, al grado tal que en muchos de los casos las siembras prácticamente quedaron destruidas y sin poder producir.
Afirmó que al menos 4 mil campesinos principalmente de las poblaciones de Tehuantepec y San Blas  Atempa fueron quienes más sufrieron los embates primeramente de las fuertes lluvias y más recientemente la fuerte sequía que pese a que en plena temporada invernal sus efectos ya empiezan a sentirse en la región.
“ya no sabemos si echarle la culpa al niño o a la niña, primero nos llueve a cantaros y ahora la época de estiaje ya se ha dejado sentir a pesar que aún no es su tiempo, ya no sabemos qué hacer para producir nuestro campo”, lamenta.
Dijo que en algunos casos las pérdidas de campesinos rebasaron el 80% de las siembras, razón por el cual ya han solicitado a las instancias federales como la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y en el estado a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura (Sedafpa) para que de manera oportuna realice un censo para conocer de cerca la situación real del campo istmeño.
Manuel Ramírez, indicó que en su momento han solicitado a las instancias correspondientes para atender al campo istmeño, han exigido así mismo la liberación de recursos, necesarios para la reactivación y en su caso el pago de afectación que han sufrido cientos de labriegos como consecuencia de los desastres naturales que han azotado la región.
Detalló  que la sequías de marzo, abril, mayo y junio, del año pasado y ahora el fuerte estiaje que se resiente estos primeros días del 2016, han puesto en alertas al 95% de la población sanblaseña que vive netamente de lo que producen sus campos.
Señaló que no existir respuesta por parte de los gobiernos tendrán que bloquear los accesos al Istmo.

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