Jeniffer JIMENEZ*
GUADALAJARA, JAL.- Parte 1
Esta pregunta es más que nada una invitación, sí, una invitación a que te detengas por unos minutos, sin querer hacer nada que tengas que hacer y te preguntes ¿A qué te sabe la vida? Respóndete con total honestidad y transparencia, no tienes que impresionar a nadie con la respuesta, tampoco es un examen de facultad y mucho menos una entrevista de trabajo, es una respuesta para ti, y si bien la pregunta pareciera ser simple y carente de trascendencia, sí exige importancia y seriedad.
¿Por qué? Porque a lo que te sabe la vida es como la estas percibiendo y experimentando. La percepción de cómo es la vida para ti te ha llevado a experimentarla a tu forma. Cada persona experimenta su vida de diferente manera, es por eso que hay tantas opiniones de cómo es la vida, y ninguna es menos cierta que otra, todas son ciertas, porque la vida se moldea a cómo yo decido percibirla y comportarme (experimentarla). Si la percibo como una amenaza, me comportaré a la defensiva, alimentando el miedo a vivirla.
A la mayoría de las personas que les he preguntado pidiéndoles que hagan una pausa, respiren y se hagan la pregunta con calma, usando su total honestidad, me han respondido a: Dolor, desesperanza, caos, estrés, injusticia. Han experimentado su vida bajo estas directrices porque ¿cómo podría comportarse una persona que piensa y siente así la vida? Han un hecho un estilo de vida basados en la certeza original, en lo que han decidido percibir.
Es verdad que hay un aparente caos universal que invita a la humanidad a vivir a las prisas, con un sinfín de tareas, en competencia, es una carrera por alcanzar el éxito financiero o profesional, pero todo esto ha sido por elección y no por imposición. Se ha entrado en el juego del consumismo, del estatus, del poder, del sobresalir, llevándonos a fomentar y crear percepciones sobre la vida que nos ponen en discordancia con ella, con nuestro entorno, y lo más importante nos desune cada vez más, olvidándonos que todos somos el mar, separado en gotas… somos algo de la misma cosa, somos uno.
Por esto, en mi experiencia y años de búsqueda he descubierto que la única herramienta poderosa y efectiva que puede ir contrarrestando los sabores insípidos que la mayoría tiene de la vida, es la meditación. Siendo la única práctica que nos hospeda en nuestro interior con los mejores lujos y tratos, haciendo cálida y placentera la estancia ahí. Nos conecta con la esencia y propósito de la vida. Nos muestra la calidad de nuestros pensamientos. Nos revela el misterio de nuestras creencias para poder trascender y cambiar las que nos mantienen sumidos. Le da descanso y respiro no solo al cuerpo físico, sino también a nuestra alma, haciendo que nuestro campo energético se restablezca y se alimente de forma correcta.
La meditación constante, tomada en serio, con hábito, te va a regalar el presente más valioso y bonito que puedas llegar a tener, que es rencontrarte con tu verdadera esencia, con tu poder innato, con tu energía transformadora, con la unión entre tú y la creación, con el espíritu que hay detrás de todo. Y bueno, los cambios en tu apariencia y beneficios sin precedentes que tendrás en tu salud física son regalitos extras. La meditación ya no es opcional en estos tiempos, es necesaria. La meditación es por mucho la mejor curación física, emocional, mental y espiritual que existió, existe y existirá.
*Escritora e instructora de meditación. Apasionada por los temas espirituales y de superación personal. He tomado diferentes estudios, diplomados y cursos que me han llevado a conocer y compartir lo que aprendo y experimento sobre el poder de nuestra mente y espíritu.
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