Alexandra MARTÍNEZ DE AGUILAR*
La vida de los muertos está en la memoria de los vivos. Marco Tulio Cicerón
Hablar del Día de Muertos en Oaxaca es hablar de colores, olores, sabores y texturas; de una tradición que se siente con la famosa sentencia “ya se siente el frío de muertos” y que reúne a la familia para colocar y decorar el altar mientras se habla de quienes ya no están. Es hablar de ausencias, de leyendas y mitos; de conservar tradiciones donde la muerte es símbolo de vida que se materializa en las decoraciones que embellecen las calles, negocios y hogares.
El Día de Muertos en Oaxaca huele a recuerdos, nostalgia y tristeza, pero a su vez, huele a un pasado que sigue vivo; es una fecha entre algarabía, pero a su vez, de solemnidad y respeto. Es una tradición llena de misticismo y magia, es un sincretismo entre la cultura prehispánica y la religión católica.
Es tener la oportunidad de vivir cómo se honran a los ausentes con altares en los hogares y panteones que muestran sus fotos, los platillos y bebidas preferidas de los mismos rodeadas de flor de cempasúchil, de velas y copal. Es ser partícipe de volver al pasado y darles la bienvenida a esos viajeros que nos visitan una vez al año.
En Oaxaca, vemos a nuestros seres queridos en los cuatrocientos pétalos del cempasúchil, los recordamos en el olor a fruta y al copal, en las calaveritas de azúcar, en el mole, el chocolate y el pan de muerto. En el papel picado, en las letras de canciones típicas como La Llorona, en las comparsas acompañadas de banda musical y coheteros, y en las historias que se cuentan en la sobremesa.
El día de muertos en nuestra entidad no es sinónimo de dolor, llanto y silencio, sino lo es de alegría y festividad al saber que nuestros queridos muertos vuelven al hogar que tanto los ama y extraña; es privilegiar el recuerdo sobre el olvido. Indudablemente, disfrutar de estas fechas en la entidad es una experiencia que no se vive con tanta intensidad en otro estado.
Todos hemos experimentado la muerte de una u otra manera incluyéndola en forma de metáfora; por momentos, hemos encontrado la belleza en ella olvidando su lado crudo y aceptándola como una bitácora de un viaje que continúa.
La muerte parece decirnos que ha estado aquí desde tiempos inmemorables; se presenta como lágrimas que brotan al lamentarse una pérdida; se presenta como lazo que hermana a la gente tal como decía José Guadalupe Posada: “la muerte es democrática, ya que al fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”.
Y a pesar del exhorto emitido por la Secretaría de Salud de Oaxaca (SS0), hacia los Presidentes Municipales de los 570 municipios para continuar con las medidas preventivas contra la pandemia evitando los festejos con motivo del Día de Muertos por medio de fiestas, ceremonias y eventos culturales, la magia de esta festividad se continuará viviendo en cada hogar.
*Lic. En Ciencias Políticas interesada en seguir aprendiendo constantemente de todo y de todos, y ser mejor persona.