¡Chapulines, chapuliniza, ahí les va…!

Dr. Luis Miguel Urbina Calvo

¡No sabemos si… reír, llorar, dramatizar, enojarnos o satirizar!, lo que si podemos hacer es! Admirarnos!, por qué en la Ciudad-Capital de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, hay cantinas, más cantinas y cantinas, bares.

Si, tabernas, tabernas y bares, cafés, cafés y más cafés, lo que no hay es farmacias, ni boticas, menos medicinas vendidas cuando menos por un merolico, ¡carajo!, y, se habla de que Oaxaca es casi… Casi la capital mundial de la cultura y lo preguntamos y presumimos, pero no hay ninguna farmacia ni botica donde venden, aunque sea una “pinche gasa”, mejor en una población o pueblo o Ciudad como Ocotlán de Morelos, Oaxaca, a 32 kilómetros de distancia hay una farmacia en cada esquina.

Lo que nos genera gran inquietud si hablamos de una Ciudad muy visitada por nacionales y extranjeros. Porque hablamos también de la vulnerabilidad de la ciudadanía, imagínense que lo único con lo que se cuenta es con hospitales o clínicas del IMSS, ISSSTE y Hospital Civil, y solo una clínica pequeña está rumbo a la central de abastos y, otra cerca del jardín Conzatti, mismas a las que puede acudir solo quien tenga derecho a ello. Pero farmacias simplemente no hay, menos medicamentos y ¡Claro!, que ocasiona preocupación para el caso de emergencia.

Cuando menos debíamos contar con diversos puntos bien conocidos, ubicados y señalados en los que haya botiquines de primeros auxilios, desde luego, asistido y apoyado de personal capacitado.

Si, capacitado para tal efecto y conste que sabemos que el estado y el municipio no son ricos en sus recursos, pero el estado bien podría formular política pública que tenga como fin centros de control médico para cualquier eventualidad médica de emergencia o urgencia, si así le queremos llamar.

Si queremos y aspiramos a ser una Ciudad de primera línea, debemos pensar en grande y actuar en grande. Por cierto, que ya viene la celebración de la Guelaguetza, por lo que nuevamente la Ciudad será muy visitada y, para ello, hay que prepararla y cuidarla. Y, cuidar a la ciudadanía, porque supongamos que se presenta en una eventual emergencia médica en la que prestar los primeros auxilios aplicados eficientemente le salva la vida a la persona que lo requiera.

Ello es así, porque las únicas farmacias que nos encontramos son las vecinas del Hospital Civil y un par en el centro de la Ciudad con medicamento agotado, caduco o muy escaso o caro y miren que, en México, si creemos… Seriamente como se dice en León, Guanajuato, que: “la vida no vale nada”. Pero ello, es una frase añeja acuñada en ese estado del bajío, no de Oaxaca. ¡Ha! Pero no fueran “chelas” porque esas señoras frías donde quiera las encuentra quien quiera consumirlas.

Lo que tampoco se encuentran son policías preventivos necesarios que, muy bien, podrían servir para el auxilio de la ciudadanía. Aunque fueran escasos, medianamente armados, disuaden a cualquier “mañoso” que, pretenda cometer alguna conducta típica. Aunque también los ocupen para cuidar o preservar el orden en el cerro cuando se celebra la Guelaguetza.

Por último, no está decidido hoy en día el destino y rumbo político del país, estamos a un año de decidirlo, así que reflexionemos y actuemos en su momento.

 

 

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