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DETRÁS DE LA NOTICIA

Alfredo MARTÍNEZ DE AGUILAR

Hartazgo y justicia por propia mano, por impunidad, omisión, negligencia y probable complicidad de las autoridades

   

  • Para eludir su responsabilidad, el encargado de la política interior y, por tanto, de la seguridad pública en el Estado, Jesús Romero López, se rasgó las vestiduras, puso el grito en el cielo y arremetió contra la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca.

  • Sin embargo, la Secretaria Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Karina Barón, desmintió a Romero, al confirmar la responsabilidad del Gobierno y revelar que ningún policía de San Pablo Etla está certificado, hecho que subraya la negligencia del Gobierno.

 

El fallido linchamiento por vecinos de San Pablo Etla de una ladrona, a quien desnudaron, y golpearon a su cómplice, se convirtió en un nuevo escándalo nacional, degradante, en Oaxaca.

La pareja de probables ladrones entró a una casa para robar. La turba enardecida golpeó al sujeto y a su acompañante la desnudaron y policías municipales la exhibieron por esa población.

No obstante, el condenable acto pone de manifiesto un hecho más grave, el creciente hartazgo y justicia por propia mano, por impunidad y omisión, y por la probable complicidad de las autoridades.

No sin razón se ha dicho de manera machacona hasta la saciedad que la delincuencia común, organizada y de “cuello blanco”, no crece sin la complicidad de las autoridades gubernamentales.

A la luz de esta cruel realidad es solo la punta del iceberg, la complicidad, el director del Centro de Control (C2) de Juchitán por filtrar imágenes del sistema de videovigilancia al crimen organizado.

Lo más grave y preocupante es que la complicidad de la Policía Municipal y del Centro de Control (C2) de Juchitán, no es el único caso y menos la excepción en la mayoría de municipios oaxaqueños.

En las ocho regiones del Estado el pueblo sabe perfectamente bien quién es quién y a qué se dedica, pero esa información y conocimiento va más allá, ya que saben qué autoridades protegen a la maña.

Los “focos rojos” con objetivos prioritarios generadores de violencia están ubicados e identificados en la región del Istmo de Tehuantepec, también en la Costa, la Cuenca, la Mixteca y los Valles.

La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) condenó los hechos, al constituir un acto que atentó directamente contra la dignidad, al exponerla al escarnio público.

Aun cuando la Defensoría inició una investigación contra los policías estatales y municipales de San Pablo Etla, el secretario de Gobierno, Jesús Romero, atacó abiertamente a ese organismo.

Para eludir su responsabilidad, el encargado de la política interior y, por tanto, de la seguridad pública en el Estado, se rasgó las vestiduras, puso el grito en el cielo y arremetió contra la DDHPO.

Dada la perversidad política de Jesús Romero, no es nada descartable que con sus críticas a la Defensoría de los Derechos Humanos busque dinamitar a ese organismo para apoderarse de este.

Sin embargo, la propia Secretaria Ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Karina Barón, desmintió a Romero, al confirmar la responsabilidad del Gobierno de la Primavera Oaxaqueña.

La alta funcionaria reveló que ningún policía de San Pablo Etla está certificado, lo que explica su nula capacidad de respuesta, hecho que subraya la negligencia del Gobierno del Estado de Oaxaca.

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujertes.com

@efektoaguila

 

 

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