¡¡¡SI SE PUEDE!!!
Lo cambiamos por una calavera
Luis Miguel Urbiña Calvo.
“Alfredo y la calaca”
Estaba Alfredo, sentado, meditando
Cuando llegó la calaca, preguntó ¿Qué meditaba?
Entonces Alfredo contestó: aquí al mundo conquistando
La calaca le preguntó: Y, ¿cómo va tu candidato?
Él contestó: bien adelantado en las encuestas
La calaca le dijo: no te hagas, vas bajo en las apuestas
¿Si te ayudo a que gane, tú y tu candidato creerán más en mí?
Le dijo Alfredo: —No creo, eras rojo, luego blanco, azul, hoy no se de ti
Dijo la calaca, «Me llevaré a unos cuantos candidatos en estos días».
Para que tu candidato y tú ganen y festejemos con unas frías
Dijo Alfredo: no me toques ese Vals, mejor unos mezcales o tequilas
Dijo la calaca, bueno, pero también invitas unas ricas guías
Pregunta Alfredo: ¿Oye, calaca, nos echas la mano en la campaña?
Para que haya patrocinio, ya vez que el dinero ilícito está prohibido
Dijo la calaca, pero yo soy muy buena en mis enjuagues. ¿O, acaso lo dudas?
¿No dudo de ti, dijo Alfredo, lo que temo es que tu dinero sea de lavado?
No te preocupes, dijo la calaca: yo tengo la vara alta hasta en el excusado
Ja, ja, ja dijo Alfredo, hay muchos a los que no les gustará tu plan de ayuda
Pero, pues, en la polaca de todo se vale hasta que te cases sin ser bautizado
Dijo la calaca: en efecto, lo que importa en polaca es el triunfo, aunque sea robado
Dijo Alfredo: —Acepto, échanos la mano, le pediré a ¡Dios! no ser condenado
Ja, ja, ja le diré que la calaca me metió en sus movidas sin habernos consultado.







