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Armando EBOLI*

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIS.- Una de las razones por las que Andrés Manuel eligió a Claudia Sheinbaum como su sucesora, fue por su lealtad, y cuando ella ganó la elección abismalmente, todos supusimos que, sumado a varios factores, como una oposición incapaz de hacer una campaña provocadora, la principal razón de su triunfo fue la misma aura de Andrés Manuel cobijándola. Hoy la popularidad de Claudia esta por los cielos e, incluso, supera la de Andrés Manuel: la continuidad de políticas de ayuda social y la buena gestión de los arrebatos de Donald Trump contra México la han ido perfilando como un personaje querido. Su problema es que ella no es, o no parece, una política profesional, sino más bien, una administradora pública. Parece que Claudia ha perdido la voz de mando en el partido político de MORENA y también en las cámaras.

MORENA se convirtió en un partido de Estado, lo controla todo: las cámaras, las gubernaturas y próximamente, el Poder Judicial con esa desangelada elección que renovará a todos los jueces. Por lo mismo, hoy la discusión de los asuntos públicos en México suceden dentro del partido, las leyes llegan a las cámaras sólo a ser aprobadas y poco sale al público de lo que contienen las tantas reformas que se hacen a la constitución. Los aliados de MORENA, el PT y el PVEM han estado quejándose de eso ya hace rato. MORENA se ha tragado el debate político y hoy vemos dentro del partido a varios personajes moviéndose y obstaculizando la agenda de la misma presidenta; su enorme popularidad no es suficiente para ganarse el respeto de Adán Augusto López o Ricardo Monreal, los jefes de bancada del partido.

Ninguno de ellos, le deben su puesto a Claudia Sheinbaum, sino a López Obrador, que antes de la elección, les prometió un lugar a todos los precandidatos del partido para apoyar a su candidata; por eso no la respetan. Para ellos, todavía hay una autoridad mayor a la de la presidenta y es López Obrador; la presencia de su hijo en la cúpula del partido le permite mediar entre estos personajes y mantenerlos en sus puestos para tener controlada a quien en realidad debería dirigirlo todo que es Claudia.

Sheinbaum ha tratado de mantenerse al margen de todos los conflictos y enfocarse a lo que el mismo Andrés Manuel le confió, lo relativo a la administración pública federal, pero estos políticos se mueven mucho y ya están buscando darse a notar para poner gobernadores a fines y demás gente que los apoye para una eventual candidatura de MORENA.

Para mantener su gobierno a flote, Claudia Sheinbaum está obligada a revelarse a López Obrador y reducir el poder que cada vez más acumulan Adán Augusto y Ricardo Monreal. La verdadera oposición está dentro de MORENA.

 

*Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y pasante de la maestría de Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Interesado en relacionar arte con política. De gustos altermundistas pero acostumbrado a vivir en un mundo neoliberal.

exxebo@hotmail.com

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